Estrada contra Congreso y Gobernador
Nuevo capítulo: la pericia para el insulto

Alejandro Sicairos
17 febrero 2022

A Jesús Estrada Ferreiro le queda a la perfección la frase de “tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe”, porque el Alcalde de Culiacán ha llevado al límite la confrontación con los poderes Ejecutivo y Legislativo haciendo factible que en una de ésas el Congreso y el Gobernador le tomen la palabra de ponerse los guantes y, por supuesto, el que terminará en la lona es el rijoso Presidente Municipal. Y al ser así ya no se tratará de los actores y factores en pugna sino de la estabilidad política, económica y social de los culiacanenses.

Esto ya es algo preocupante. Al ponerse del lado de los problemas cuando la ley dispone que sea factor fundamental de las soluciones, Estrada hasta hace uso faccioso de la institución que preside y de los recursos públicos de que dispone para arrojar la andanada de dislates que lo plateen como víctima, siendo en realidad el victimario ventajoso por la alteración del deber público y la postulación del choque irreflexivo, juego de ruleta rusa en el que a Culiacán es el único que no le irá bien.

Estrada desafía otra vez al gobierno de Rubén Rocha al meterlo en la sospecha de “lo hago responsable a él Y los diputados y diputadas del Congreso del Estado, si algo me pasa a mí o a mi familia porque están generando odio en la población, están convocando a manifestaciones y movimientos y son gente que provoca violencia”. En lo que concierne a la 64 Legislatura arremete contra el presidente de la Junta de Coordinación Política, Feliciano Castro Meléndrez, a quien acusa de limitarle la actualización del impuesto predial “alegando tanto él como Rocha que eso afecta la economía de los culiacanenses”. Incurre en la propensión del “chivo en cristalería” cuando menciona al asambleísta Serapio Vargas como “porro del Gobernador”.

“De nueva cuenta, a finales de enero las y los diputados al mando de Feliciano Castro aprueban un decreto para exentar del 50 por ciento en el consumo de agua potable a jubilados, pensionados, discapacitados y adultos mayores”, insiste el Alcalde al acusar al Congreso de “perversidad con fines político-electorales para las siguientes elecciones lo cual resulta inmoral y atenta contra la dignidad de las personas”.

A Rocha Moya le dedica otro desplegado por separado con el reclamo de que no tomó en cuenta el escrito que le dirigió personalmente por los mismos temas del predial y los cobros de agua potable “y se negó a dialogar con el Consejo Directivo de la JAPAC antes de publicar el decreto que reforma el artículo 50 de la Ley de Agua Potable del Estado”. En el oficio referido, fechado el 28 de enero, el Alcalde le expone al Gobernador que “los integrantes de la 64 Legislatura como los de la próxima pasada han perdido la dignidad y se han convertido en una pandilla obsesionada con desestabilizar económicamente al gobierno del municipio de Culiacán”.

Estrada Ferreiro no escatima en descalificativos: “señor Gobernador: resulta frustrante e imposible poder aceptar la conducta aberrante y retrógrada, mezquina y perversa, de los legisladores actuales del Congreso del Estado, para quienes conocemos la norma constitucional, para quienes tenemos sentido común y para quienes hemos luchado junto con nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador por un nuevo proyecto de Nación como meta de la Cuarta Transformación a que nos convocó”.

Así sigue Estrada, insulto tras insulto, deslizándose a velocidad inmoderada por el tobogán del eventual juicio de procedencia. No negocia, mucho menos accede a las posibilidades intermedias de arreglo que existen en todo conflicto. Capitaliza la aptitud de lumpen político y no deja títere con cabeza cuando el insulto y la anulación del contrario son sus armas, declinando a la razón y la ecuanimidad. Confía en exceso del respaldo que le brinda López Obrador, de la rala vocación buscapleitos del Gobernador, y de la ventaja de que el Congreso esté bajo el control de su mismo partido.

Del otro lado del ring morenista, Rocha prefiere la incomodidad de la roca en el zapato propio antes de enfrascarse en conflictos que le agreguen desestabilización a la ingobernabilidad que dice el Alcalde le quieran causar en Culiacán. Por su parte, el grupo parlamentario afín a la 4T aprieta la espalda para resistir los ataques del Presidente Municipal sin importarle que el prestigio y credibilidad de la Cámara sean deteriorados por el “fuego amigo” que de mucho arder puede convertir en cenizas el decoro legislativo.

Estrada destruye las anchas vías de civilidad que debieran existir entre el gobierno y el Congreso y le siembra espinas a las angostas veredas que ofrece para que los asambleístas vayan a su castillo de testarudeces y no al revés, que la asamblea popular le modere las ínfulas de pequeño cacique, aprendiz de tirano. ¡Uta! Apenas comienza el segundo trienio del Alcalde de Culiacán y recrudece la medición de fuerzas para ver si es más estoico el Edil en su intransigencia o el Congreso y Gobernador en la obligación de salvaguardar la gobernabilidad.

Con sus llamaradas de ofensa,

Al reino el dragón hería,

Y desde Palacio, en defensa,

El rey le lanzó agua fría.

Como en los días viejos

Para porros, los que ayer invadieron en Culiacán las oficinas del director del ISSSTESIN, Daniel Ramírez León, con un comportamiento simiesco que de ninguna manera es la conducta de los buenos y auténticos maestros. Como que no le has caído el veinte al líder fáctico del SNTE, Daniel Amador, y a su gente, de que el PRI ya no gobierna en Sinaloa pues a gritos y sombrerazos pretenden intimidar a los servidores públicos, como lo hacían antes. Por más legítimas que sean sus demandas nada justifica tan tremendo zafarrancho.