Expectativas para la Universidad
Con el término de las vacaciones de Semana Santa, la comunidad de la Universidad Autónoma de Sinaloa retoma sus actividades con renovado entusiasmo. Tras un periodo de descanso, regresamos con el firme propósito de enfrentar no sólo los pendientes existentes, sino también los nuevos retos que plantea la conformación de la administración universitaria para el periodo 2025-2029.
Este es un momento propicio para hacer una pausa y reflexionar tanto sobre los compromisos que como comunidad académica asumimos, como sobre las condiciones mínimas que esperamos de la nueva administración para cumplir cabalmente con nuestra labor educativa. La consolidación de una universidad fuerte requiere de un esfuerzo compartido y corresponsable.
En este sentido, la relación entre la comunidad académica y la administración debe ser simétrica y de mutuo beneficio: una relación simbiótica en la que ambos sectores se nutran y fortalezcan recíprocamente. Sólo a través de esta colaboración genuina será posible alcanzar los objetivos institucionales de calidad, innovación y proyección social.
Desde el ámbito académico, un basto número de profesores e investigadores ratificamos nuestro compromiso de seguir trabajando con responsabilidad para mejorar los indicadores de calidad en la docencia, la investigación y la gestión académica. Nuestro esfuerzo estará orientado a fortalecer los programas educativos, elevar la producción científica y contribuir al desarrollo institucional en todos los frentes posibles.
De manera paralela, confiamos en que la administración atenderá nuestras justas demandas educativas. Entre ellas, destacamos la importancia de garantizar condiciones adecuadas para el ejercicio de nuestras funciones: dotación de recursos suficientes para actividades académicas y de investigación, promoción de la transparencia en el manejo de los recursos institucionales, respeto irrestricto a la pluralidad de ideas y fortalecimiento de los canales de participación democrática en la toma de decisiones.
Además, los estudiantes deben ser el grupo de atención central de la nueva administración. Su participación debe fortalecerse, asegurando su presencia activa y equitativa en los espacios de toma de decisiones, como el Consejo Universitario y los consejos académicos de las distintas unidades.
Paralelamente, es necesario avanzar hacia la gratuidad total de la educación, una tarea pendiente, pero fundamental para ampliar la cobertura educativa en el estado y garantizar el derecho a la educación superior.
Asimismo, se debe fomentar con mayor intensidad el desarrollo de programas de estudio innovadores y pertinentes, que respondan a las demandas de la sociedad actual. Es prioritario impulsar carreras que incorporen el uso de la inteligencia artificial, las tecnologías de semiconductores y otras áreas estratégicas, asegurando además que estos programas sean atractivos y relevantes para la juventud sinaloense.
Mas aún, consideramos indispensable atender con urgencia las condiciones laborales de los profesores de asignatura, quienes sostienen una parte fundamental de la actividad docente en la universidad. Tenemos una deuda con ellos que no puede seguir siendo soslayada. Este debe ser uno de los compromisos que presente avances concretos a corto plazo.
Similarmente, consideramos indispensable reactivar el financiamiento a los Programa de Fomento y Apoyo a Proyectos de Investigación (PROFAPI), consolidar y promover a los miembros del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII), y mejorar el programa de Becas al Desempeño Académico, cuyas fallas han sido ampliamente señaladas. Son tareas que requieren atención inmediata y avances visibles.
En este nuevo periodo, hacemos un llamado a la unidad y a la armonía de toda la comunidad universitaria. Independientemente de las diferencias de opinión o visión en nuestro centro de trabajo, compartimos un mismo compromiso con la institución y su mejora constante. La Universidad es un patrimonio colectivo que debemos cuidar y fortalecer con acciones responsables, diálogo respetuoso y trabajo coordinado.
Cabe subrayar que el llamado a la armonía no equivale a un borrón y cuenta nueva, ni a justificar la impunidad. Es indispensable esclarecer el uso indebido de recursos, ampliamente documentado en meses recientes, y exigir la rendición de cuentas por las malas prácticas registradas durante el proceso electoral para Rector.
La transparencia, la rendición de cuentas y mejorar la calidad educativa deben ser los ejes que guíen nuestros esfuerzos. Solo así lograremos consolidar una universidad moderna, inclusiva y comprometida con el bienestar de su comunidad y de la sociedad a la que se debe.
Trabajemos juntos, con responsabilidad y visión de futuro, por una universidad que sea motivo de orgullo para todos.