Habemus clase media aspiracionista

Vladimir Ramírez
18 junio 2021

A raíz de la polémica desatada por las observaciones del Presidente López Obrador en relación al comportamiento “aspiracionista” de una pequeña parte de la llamada “clase media” en México, la discusión y el análisis sobre estas declaraciones nos obliga a tratar de entender el término “aspiracionista”, al mismo tiempo que se vuelve necesario determinar cuáles son las características que definen a una persona o familia como parte de la clase media en nuestro país.

Para ello es pertinente primero establecer una definición lo más cercana posible a lo que se refiere cuando se habla de clase media, qué es, cómo se conforma y quiénes forman parte de este, a veces ambiguo término de estratificación social.

Definir los indicadores para establecer los parámetros de la clase media suele ser muy complicado y a la vez, como toda explicación desde la visión de los economistas, muy compleja de entender y sobre todo de determinar, pues existe una gran cantidad de factores que complejizan su compresión; sin embargo hay dos elementos fundamentales para establecer una categoría general de clase media, uno es el nivel de ingresos y el otro tener un estándar de vida con ciertas características.

Para el Instituto de Política Económica de los Estados Unidos, la clase media es más que un nivel de ingresos, durante los últimos 50 años, un estándar de vida de clase media ha llegado a significar tener un trabajo seguro, un hogar seguro y estable, acceso a la atención médica, seguridad de jubilación, tiempo libre de vacaciones, oportunidades de ahorrar para el futuro, y la capacidad de brindar una buena educación, incluida una educación universitaria, para los hijos.

Ahora bien, para la OCDE, en un estudio presentado en 2019, en México un hogar en el que viven tres personas necesita ganar entre 6 mil 548 y 17 mil 460 pesos por mes para estar en la clase media, por lo tanto, según cálculos de esta organización, 20 mil pesos de ingresos en un hogar como estos, se considera de clase alta, lo cual resulta verdaderamente absurdo.

De ahí que el segundo parámetro de estándar de vida es importante considerar para acercarnos a una idea de lo que es la clase media en México y poder incluso determinar si pertenecemos a ella, tomando en cuenta que antes de la clase media está la clase alta y posterior a ella la clase baja. Es decir, los ricos que tienen todo para vivir sin limitaciones; los que medianamente vivimos con un sueldo y lo poco que tenemos en bienes, y los que son pobres, que tiene muy poco o casi nada y sobreviven la pobreza en el día a día.

Esta es la realidad, las personas de clase media resultan ser aquellos miembros de una familia que se mantiene medianamente con una estabilidad de acceso a un trabajo, un sueldo y ciertos bienes y servicios, que en su mayoría suelen alcanzarse a través de un crédito y con ello cierto estándar de vida, aunque para lograrlo tengan que empeñar sus ingresos a futuro.

En México sólo el 45 por ciento de la población pertenece a la clase media, mientras que el promedio de los países de la OCDE es del 61 por ciento de la población. Un 36 por ciento de acuerdo a sus ingresos pertenece a la clase baja y un 19 por ciento es de más altos ingresos. Es conveniente saber que la noción de clase media varía de un país a otro, por ejemplo, mientras que el ingreso promedio en México es de 16 mil pesos, en Estados Unidos es de 107 mil pesos al mes. La diferencia tiene que ver principalmente con que somos una clase media de un país pobre.

Por lo tanto podemos decir que en nuestro país la clase media y clase baja, pertenecen a una misma clase trabajadora que vive de su salario, incluso aquellos que tienen una pequeña empresa o se autoemplean, siguen siendo trabajadores de su propio negocio o iniciativa, con ingresos que oscilan entre los percibidos por las clases media y baja.

Resulta curioso que cuando nos preguntan a qué clase social pertenecemos, la mayoría contesta que a la clase media, aunque no se tenga muy claro qué es exactamente, quizá por ello en las últimas décadas se ha ido perdiendo la identidad de aquellos que pertenecen a la clase trabajadora.

Hay quienes explican que si alguien necesita trabajar y recibir un salario para vivir, pertenece a la clase trabajadora. Es común que la gente relacione tener un buen sueldo con pertenecer a una clase social superior, pero si perder tu trabajo implica perder tu única fuente de ingresos, entonces perteneces a esa misma clase social. Por el contrario, habrá quienes se puedan permitir no trabajar si así lo deciden, vivir de rentas, propiedades, franquicias, inversiones, sin necesidad de recibir un sueldo derivado de su trabajo.

Entonces entender nuestra realidad social y económica, nos permite ubicarnos entre los que tenemos que trabajar para vivir y los que no. Ahora, ¿qué tiene que ver todo esto con el calificativo de “aspiracionista”?

Que no es lo mismo ser una persona que aspira, a ser un aspiracionista, el que aspira se esfuerza y lucha por lograr sus aspiraciones, en cambio el aspiracionista se esfuerza por aparentar ser lo que no es y en función de esa necesidad de apariencia busca las formas posibles de representar un personaje y no una persona. No es lo mismo vivir por un proyecto de vida que por un estilo de vida.

Hasta aquí mis comentarios, los espero en este espacio el próximo martes.