Historias de feminicidios en Sinaloa

Iliana Padilla Reyes
08 marzo 2019

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Recordamos a Dayanara, quien a sus 5 años fue raptada y asesinada presuntamente por un policía. El sujeto hoy sigue en libertad.
 
Recordamos a Perla Vega, maestra de la UAS, quien a sus 30 años fue asesinada en su recámara en Culiacán. El crimen continúa en impunidad.
 
Recordamos a Rosa Anzures. Tenía 30 años cuando la raptaron. Según testigos, un retén de policías la detuvo en Culiacán. Hasta el día de hoy se desconoce su paradero.
 
Recordamos a Aidé Rodríguez Campaña, maestra de preparatoria que fue raptada y asesinada. Había solicitado cambio de adscripción después de recibir amenazas de su ex esposo. Nadie la escuchó, pero hoy la nombramos.
 
Recordamos a Míriam Aguilar López. Tenía 18 años cuando subió a un Uber. Fue raptada y asesinada, y el crimen continúa en impunidad.
 
Recordamos a Sandra Luz Hernández, quien fue asesinada mientras buscaba a su hijo desaparecido. El asesino confeso fue liberado por “falta de pruebas”. 
 
Recordamos a Fabiola Medina Valera, quien a sus 24 años fue reportada como desaparecida. Días después el colectivo de Sabuesos Guerreras encontró su cuerpo: había sido asesinada y enterrada en las playas de Navolato. Su ex novio hoy se encuentra detenido.
 
Estas y muchas otras historias las conocimos y las hemos seguido a través de la prensa, y los casos pendientes de justicia resuenan en cada manifestación en Sinaloa. Al leerlas, al recordarlas, podemos dar cuenta de que el miedo que sentimos las mujeres es justificado. Es una ofensa comparar estas historias de tragedia y terror con cuentos de Chupacabras.
 
Las sinaloenses esperamos medidas públicas efectivas para enfrentar los problemas de seguridad de las mujeres, que son multicausales y que sin duda rebasan las capacidades de los gobernantes. Pero, en principio, esperamos de ellos empatía: reconocimiento de la situación que enfrentamos.
 

 

iliana_pr@hotmail.com