Huachicol: a reconstruir la credibilidad

Rodrigo Morales M.
16 octubre 2025

El jueves de la semana pasada la presidenta anunció un grupo de trabajo para consolidar las cifras en torno al huachicol fiscal y darle una mayor trazabilidad a lo que se produce, importa y exporta en materia energética. Para ello trabajarán conjuntamente Pemex, la Secretaría de Energía y el SAT. Bienvenida la iniciativa, cualquier esfuerzo que incremente la transparencia debe ser celebrable.

Sin embargo, las estimaciones que hemos conocido tampoco es que nacieran de la especulación pura: los 600 mil millones de pesos que durante el sexenio pasado dejaron de ingresar a las arcas públicas resultan de contrastar lo que Estados Unidos reporta como exportaciones a México, contra lo que el Gobierno mexicano reconoce como importaciones. Ello para no entrar en especulaciones sobre lo que la Procuradora Fiscal haya dicho o no. La cuenta es simple, sin duda perfectible, pero es también descomunalmente grande. El fraude, hasta donde sabemos, se gestó en las entrañas del gobierno anterior.

Ahora bien, hay al menos dos asuntos que deben ser aclarados a cabalidad. En primer lugar, saber si con las órdenes de aprehensión giradas hace algunas semanas se desmantelaron todas las redes que hicieron posible el huachicol fiscal. Sabemos cómo operaban los detenidos, cuáles eran los puntos de internación de combustible, las complicidades que lo hacían posible, pero lo que no sabemos es si esa era la única banda delictiva que operaba el huachicol. Parecen muy pocos sujetos para explicar esos montos.

En segundo lugar, algo que es crucial en todo esto es saber cuál era el destino de ese dinero, porque de nuevo, 600 mil millones de pesos entre una veintena de personas no hace sentido. Las especulaciones son inevitables, es mucho dinero como para pensar que el único destino hayan sido los bolsillos de quienes hasta hoy conocemos como autores de la tropelía. Estamos ante el robo del siglo y lo que merecemos son explicaciones fundamentadas.

La credibilidad que de un golpe perdieron instituciones vitales de la administración pública hay que recuperarla con un golpe de similares dimensiones. Está muy bien que se clarifiquen las cifras, que se afinen los instrumentos de medición, pero acaso lo más importante será saber cómo fue posible que todo ello ocurriera, cuántos cómplices faltan, que los responsables reciban el castigo que se merecen, y sobre todo saber a dónde fue a dar todo ese dinero. Es mucho lo que está en juego, ojalá no se escatime en la reconstrucción de la credibilidad.