Indulgencia a Torres y Felton Corruptos: coludos o rabones
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Si no es parcialidad legislativa, de qué otra forma se le puede llamar a la postura del Congreso del Estado al aprobar las cuentas públicas de los ex alcaldes de Culiacán, Sergio Torres Félix, y de Mazatlán, Carlos Felton González.
En dicha inconsistencia fiscalizadora hallan elementos los defensores del ex Gobernador Mario López Valdez para confabular la teoría del complot en el ajuste de cuentas.
La verdad sea dicha, a los diputados les faltaron tamaños para medir con la misma vara a los ex presidentes municipales y al ex Gobernador que saquearon las tesorerías públicas mediante un desorden administrativo en el cual trataron de camuflar los delitos de peculado.
El fantasma de la negociación, al medirlos con distintos raseros, aflora y contamina con la sospecha el esquema de rendición de cuentas.
Con dos botones como muestras, que son Torres y Felton, el Congreso está llamado a explicar la diferencia de criterios tratándose de desfalcos similares, a no ser por los montos que distan entre sí.
¿Cómo discernió entre el arrendamiento opaco de vehículos que le salió bastante caro al Ayuntamiento de Mazatlán y la nube negra de corrupción que no deja ver con claridad las obras del par vial de Culiacán?
La aprobación de la cuenta pública de Sergio Torres, correspondiente al primer semestre de 2016, representa una bofetada a los culiacanenses.
Únicamente la deuda sin fuente de pago por 734 millones de pesos ameritaba una revisión más a fondo, no se diga de los pasivos a corto plazo que superan los 377 millones de pesos.
Además, los 19.5 millones de pesos pagados por "servicios profesionales" sin que estén respaldados por los correspondientes recibos, el traslape de recursos federales de 25 millones de pesos que pasaron de una cuenta a otra sin mayor explicación y la adjudicación directa a los cuates del 87.25 por ciento de la obra pública contratada en el trienio 2014-2016.
Carlos Felton no hizo "malos quesos" en lo que se refiere al desorden administrativo y financiero. El balance maquillado que presentó al Congreso, en un ejercicio de auditoría cosmética que no convence ni a un estudiante de secundaria reprobado en matemáticas, pasó sin dificultades pese a que los ciudadanos mazatlecos, empezando por las cuatro diputadas priistas, condenan el desfonde del erario municipal.
Igual que su homólogo culichi, Felton eliminó la transparencia en la asignación de contratos de obra pública beneficiando al menos a seis constructoras cuya existencia está en duda y que, aparte, alteraron el costo real.
Para darse una idea de lo grande que es el coraje de los mazatlecos, los empresarios del puerto señalan que las pillerías rebasan a las que cometió Jorge Abel López Sánchez en el periodo de 2008 a 2010.
Pero el Congreso no vio ni oyó, mucho menos revisó. Al estilo de las componendas cubrecloacas, el trabajo parlamentario que exhibió rigor al rechazar la cuenta pública de Malova, se mostró displicente frente al cochinero que en Culiacán y Mazatlán está ocasionando crisis financieras a los actuales alcaldes Jesús Valdés y Fernando Pucheta.
Re-verso
Si bien la habían librado,
Por qué evidenciar, canijos,
Que Torres y Felton son hijos,
Y Malova es entenado
La victimización
La misma táctica que siguieron Javier Duarte, en Veracruz, y Guillermo Padrés, en Sonora, están asumiendo los ex funcionarios malovistas al decirse víctimas de una supuesta "cacería de brujas" implementada por el Gobernador Quirino Ordaz e instigada por el empresario de la carne, Jesús Vizcarra.
alexsicairos@hotmail.com