La anestesia de la sinestesia

La sinestesia no es un trastorno mental ni un problema neuronal, sino un fenómeno mediante el cual algunas personas son capaces de percibir y unir sensaciones recibidas a través de diversos sentidos. Por ejemplo, hay quienes ven sonidos o escuchan colores.

En literatura, nos dice la Real Academia Española, es una “figura retórica que consiste en la atribución de una sensación a un sentido que no le corresponde; “amarillo chillón” o “se oye la luz” son ejemplos de sinestesia”.

Los escritores y poetas son muy prolíficos para utilizar ejemplos de sinestesia en sus creaciones. No obstante, no es porque necesariamente la experimenten, sino porque utilizan metáforas en sus obras. Esta sinestesia y creatividad es la que requerimos poner en práctica todos los mortales, debido a que en muchas ocasiones la anestesiamos y nos declaramos incapaces de imaginar e innovar.

Rubén Darío, en su poema Sinfonía en gris mayor, manifestó: “La vieja cigarra ensaya su ronca guitarra senil, y el grillo preludia un solo monótono en la única cuerda que está en su violín”.

Arthur Rimbaud escribió un soneto a las vocales en el que las asoció con un color: “A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales, diré algún día vuestros latentes nacimientos... ¡Oh, la Omega, reflejo violeta de sus ojos!”

Julio Cortázar asistió en París a un concierto en que dirigió Igor Stravinsky y recitó Jean Cocteau. En el entreacto creyó ver una especie de globos o extraños personajes: “Tuve la sensación de que había en el aire personajes indefinibles, una especie de globos que yo veía de color verde, muy cómicos, muy divertidos y muy amigos, que andaban por ahí circulando. Inmediatamente supe que su nombre era “cronopios”.

¿Anestesio la sinestesia? ¿Soy capaz de imaginar, crear e innovar?