La capacidad de transformar conflictos en oportunidades es factor clave para la continuidad de una empresa familiar

José Mario Rizo Rivas
12 junio 2022

En la constitución de una empresa familiar, las ilusiones de éxito y desarrollo parental juegan un papel importante, sin embargo, es usual que con el paso del tiempo terminen por diluirse ante conflictos relacionados con el patrimonio, la gestión empresarial y la sucesión.

Las interacciones de los familiares, personas, los grupos y las organizaciones casi siempre involucran alguna especie de conflicto. Las personas nunca tienen objetivos e intereses idénticos, y estas diferencias de objetivos y de intereses siempre producen alguna forma de conflicto. El conflicto es inherente a la vida de todo individuo y es parte inevitable de la naturaleza humana.

El conflicto existe cuando una de las partes trata de alcanzar sus propios objetivos, que están relacionados con los de la otra parte, la cual interfiere con la que está tratando de alcanzar sus objetivos. La interferencia puede ser activa con acciones para interponer obstáculos, bloqueos o impedimentos u omitiendo una acción.

El conflicto involucra el uso del poder en la confrontación, es decir, en las disputas en torno a intereses encontrados. Debe ser manejado ya que de lo contrario afectará negativamente el comportamiento de la empresa y la familia.

El conflicto provoca efectos positivos y constructivos, pero también efectos negativos y destructivos.

Gestionar los conflictos desde un enfoque transformador permite manejarlos de forma positiva, porque se contempla la posibilidad de negociar, llegar a un consenso, establecer acuerdos, asumir responsabilidad, suscitar compromisos, generar empatía con los otros, comprender su postura y conciliar los diferentes puntos de vista y las razones que provocan las discrepancias que dan lugar al conflicto.

Si se plantea el análisis del conflicto desde esta perspectiva, las situaciones conflictivas pueden ser una oportunidad para aprender y para aumentar la unidad y fortalecer el compromiso de los familiares con el proyecto empresarial.

Los conflictos entre el personal o propietarios de una compañía pueden afectar notoriamente su estabilidad, máxime si se trata de una empresa familiar, teniendo en cuenta que, más del 90% del total de las empresas del país son de carácter familiar.

Para hablar de conflictos es importante establecer que éstos se pueden definir como la dificultad que existe entre dos o más miembros de la familia que no comparten la misma visión frente a uno o varios temas específicos.

Hay toda una tipología que puede presentarse en cualquiera de las tres áreas que conforman la empresa, como son la familia, la empresa y la propiedad. En ese orden de ideas, los conflictos de la familia son más de tipo psicológico o también de tipo emocional, en los cuales se entra en conflicto simplemente porque un hermano no se entiende con otro, porque se presentó un divorcio o porque el padre favoreció más a un hijo que a otro en lo referente al poder o a la asignación salarial, solo por mencionar algunos bastante comunes.

Los conflictos en la empresa que se derivan de circunstancias en el manejo o gobierno de la misma, como por ejemplo que un miembro de la familia se oponga a la forma de operar la compañía o creerse la persona más idónea para manejar un cargo específico por el solo hecho de ser integrante de la familia.

En el aspecto propiedad hay una serie de conflictos derivados de los temas inherentes a la propiedad, como las políticas de distribución de los dividendos y la sucesión en la distribución de las acciones, porque no hay determinadas empatías o reglas claras de juego en diferentes temas referentes a la propiedad. Es importante tener en cuenta que los conflictos no son necesariamente negativos; para muchas empresas familiares se constituyen en una oportunidad para crecer, desarrollar la empresa o encontrar nuevos caminos.

También hay conflictos mayores o irreconciliables, como por ejemplo cuando al pasar de la primera a la segunda generación dos hermanos tienen puntos de vista opuestos sobre el rumbo que debe tomar la empresa y en esos casos es mucho mejor venderla. O cuando hay un divorcio de alguno de los miembros y esto afecta el patrimonio de la empresa. En este tipo de casos, no hablaríamos de una resolución de conflictos sino de un mecanismo más radical mediante el cual se toman decisiones tajantes cuando estos procesos son bastante traumáticos.

Lo más importante es entender cuáles son las causas que generan conflictos. En la práctica de la consultoría, es posible detectar que estos se dan de acuerdo con la posición en que se encuentra cada uno de los integrantes de la empresa. Es decir, una cosa es lo que quieren los miembros de la familia que no trabajan en la empresa y son propietarios, otra los miembros de familia que trabajan en la empresa y son propietarios, y otra los que no son propietarios, pero trabajan en la empresa y en un futuro esperan ser propietarios.

En un momento dado puede haber posiciones difíciles porque cada uno de estos grupos tiene intereses particulares, por lo que otro aspecto a tener en cuenta es establecer principios y valores que busquen el interés colectivo sin ir en contra de los intereses individuales. Cuando en una empresa hay diferentes tipos de propietarios y de trabajadores siempre puede haber conflictos latentes, por lo que otro aspecto importante a tener en cuenta es que los miembros de la empresa que administran el patrimonio familiar o el tema de recursos humanos estén atentos a hacerle seguimiento a cualquier situación que genere conflictos o simplemente roces.

Si bien no hay estadísticas que confirmen si en las empresas familiares se generan mayores conflictos que en las no familiares, sí hay algunos estudios, que demuestran que el tema de los conflictos si cobra mucha importancia en las empresas de familiares, pues está comprobado que aquellas que han logrado sobrevivir por muchas generaciones y trascender es porque han generado unos mecanismos de resolución de conflictos efectivos; y es claro que tienen conflictos, pero de antemano saben que van a resolverlos y eso se convierte en una clave de su éxito.

Para lograr la resolución de los conflictos es importante tener en cuenta el tipo de familia y de empresa. En muchas familias es usual encontrar un tío o persona de reconocido prestigio y valores que siempre ha cumplido el rol de mediador porque es un personaje en el que la mayoría de los miembros cree y confía y que de alguna manera asume ese rol, entonces se le suele llamar para que sirva de mediador ante un conflicto que se da entre los miembros de la familia, pero que afecta directamente los intereses de la empresa. En otros casos, cuando el conflicto es generado por el choque de intereses individuales de los diferentes miembros de la familia o de la empresa sobre decisiones trascendentales, es aconsejable recurrir a un asesor externo que tenga una posición objetiva frente a las partes en conflicto.

Es importante activar la capacidad transformadora de la familia, esta es la manera que tiene la familia de tomar acción y atacar el conflicto transformándolo en comportamientos constructivos que puedan ser de beneficio para la empresa y la familia.

Para entender mejor los conflictos en la empresa familiar estos deben de ser analizados bajo un proceso cíclico, es decir, nunca se dejarán de tener por completo, estos llevan un patrón que es: ausencia de conflicto, aparición de conflicto, el conflicto amenaza con ser incontrolable, ansiedad ante la incertidumbre, capacidad transformadora de la familia, comportamiento constructivo, ausencia de conflicto.

A manera de conclusión, toda empresa familiar “debe mantenerse sobre bases sólidas de control de sus operaciones y gobierno, que le permitan mitigar los riesgos y desafíos que se presenten en el día a día, fuera y dentro de la empresa”, así como edificar un marco de seguridad que contenga políticas diferenciadas para los distintos niveles de la estructura empresarial, en pro de garantizar un crecimiento sano y extender su permanencia en el mercado y la unidad del patrimonio familiar.

En realidad, las soluciones que una familia aplique a sus conflictos no se pueden trasladar al resto de familias sin más, ni tampoco son válidas para una misma familia en cualquier situación, porque en cada caso habrá que someter la solución al juicio de los afectados y adaptarla a las circunstancias del momento de la empresa y de la familia. Para tenerlo presente: la institucionalización sirve de cauce para que se eviten los enfrentamientos entre personas, y muchas veces sirve de contención a conductas que pueden generar conflictos. La mayoría de la gente huye del conflicto cuando, para mí, muchas cosas buenas surgen del conflicto, cuando se maneja adecuadamente.