La ley del garrote

David Cristóbal Álvarez Bernal
05 marzo 2018

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david@bufetealvarez.com
 
 
 
Utilizar las herramientas legales para castigar a los políticos y servidores públicos corruptos es la razón de ser de los órganos encargados de esas funciones. Para eso les pagamos.
En cuanto a los ciudadanos de a pie, ya es cuestión de valores y de la conciencia de cada uno, saber si apoyan el combate a la corrupción empujando los casos en tribunales, solos o a través de organizaciones ciudadanas formadas para ese efecto.
El robo del dinero público pretende canalizarse a través del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y de los sistemas locales correspondientes y, aunque muchos vayan a desilusionarse como cuando les dijeron que Santa Claus no existía, el SNA no surgió porque de repente nuestros gobernantes se levantaron sintiéndose decentes y justicieros y se les ocurrió activarlo.
El SNA surgió porque al Gobierno federal le empezó a preocupar que, si no tomaba cartas en el asunto, la indignación y encabronamiento del pueblo por los actos descomunales de corrupción de gobernadores, presidentes municipales y servidores públicos de todos colores y niveles, podía salirse de control.
Así, las mentes maestras en las altas esferas del Gobierno federal empezaron a cavilar cómo podrían aprovecharse del enorme grado de molestia que la corrupción está causando a los ciudadanos y ¡eureka! Se les ocurrió formar el SNA.
Pero obviamente que los altos funcionarios, que no son tontos, no iban a crear una poderosa herramienta legal que luego pudiera ser usada en su contra. No se iban a disparar en el pie.
Por eso, utilizando esas privilegiadas mentes maquiavélicas, crearon el SNA, pero buscando ante todo controlarlo. Y para controlarlo, han hecho dos cosas, primero, dejar al SNA sin dinero para que no pueda operar y, segundo, colocando sus fichas en lugares estratégicos que les garanticen controlar los casos. 
El SNA no es mala herramienta legal, pero como toda herramienta, depende de quién va a utilizarla si con ella se construye una obra de arte o una porquería. 
El combate a la corrupción, como hemos visto en las últimas semanas en los medios, se utiliza a conveniencia de los políticos. Los asuntos se aceleran y resuelven rápido, pero solo cuando les conviene o, se retrasan y resuelven mal, también cuando les conviene. 
El combate a la corrupción se está utilizando como la ley del garrote, es decir, la herramienta legal se está pervirtiendo porque quienes son los encargados de aplicarla la están usando con fines perversos, para castigar a sus enemigos políticos cuando les conviene, o para ayudar a sus cómplices, también cuando les conviene. 
Solo hay un problema para tan brillantes mentes: los ciudadanos no somos tontos y sabemos perfectamente bien lo que están haciendo y… se las estamos apuntando para cobrárselas después, empezando por las próximas elecciones, especialmente a quienes buscan reelegirse, como si hubieran hecho tan buen papel. 
Sabemos que hay varias denuncias administrativas y penales en trámite y sabemos que, algunos de los que han sido inhabilitados, tienen más cola que les pisen (larga y apestosa), que la que les han pisado hasta ahora.
Siendo así, ¿Por qué cree usted que las denuncias no avanzan? (como las presentadas por el Observatorio Ciudadano de Mazatlán). La respuesta es sencilla: porque no les conviene que avancen ahorita pues “no son los tiempos políticos oportunos”, y ya en las campañas se utilizara ese lodo para salpicar.
Utilizar la ley del garrote a conveniencia, es ilegal e inmoral. Las faltas administrativas y los delitos se deben sancionar rápida y eficientemente, pero todos los procesos se deben llevar al parejo, sin distinguir a que partido político pertenece el denunciado. 
A nivel municipal, ¿A poco solo los del PAN han sido corruptos cuando han estado en el poder? ¿Y los del PRI qué? (me refiero solo a estos dos, porque otro partido estuvo poco tiempo)
No importan los colores, azul, rojo, verde, amarillo o moreno, se debe perseguir y castigar a todos sin distinción alguna.  
Tan malo es atacar a alguien por fines claramente políticos, utilizando herramientas legales que tienen un fin limpio, como dejar de perseguir rateros, igual por razones políticas.
Basta de estarse echando culpas unos a otros, señores políticos, el pueblo sabe que todos ustedes son iguales de gandallas y no se hartan de vivir a nuestras costillas durante años y años (vean las listas de candidatos de algunos partidos). 
También sabemos que son profundamente corruptos (salvo honrosas excepciones). Y no se preocupen porque cuando se aplique el SNA como se debe y los metan a la cárcel, no vaya a quedar ninguno de ustedes que pueda cerrar con llave la puerta desde afuera. Con mucho gusto nosotros los ciudadanos la cerraremos por ustedes.