La perfección humana
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@rodolfodiazf
El ser humano es perfectible, pero no perfecto. La perfección es la estrella que señala el camino que deben seguir los hombres, pero es un ideal que nunca se alcanza plenamente porque estamos constituidos de barro y de miseria.
Es cierto que estamos llamados a la perfección, como dijo el mismo Jesús: “Sed perfectos como vuestro Padre del cielo es perfecto” (Mt 5,48). Pero, ¿será posible ser perfectos en este mundo corrupto y pleno de imperfecciones en el que predominan tantas lacras y ponzoñas como la pobreza, odio, egoísmo, soberbia, orgullo, avaricia, entre otras. Jesús brindó una vez más una respuesta contundente: “Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios” (Lc 18,27).
Quienes pueden aspirar a la perfección no son las personas que se creen más santas o superiores a las demás, sino -paradójicamente- quienes reconocen sus debilidades y miserias pero están dispuestas a luchar fervientemente para superarlas.
A Chesterton, en una ocasión le preguntaron qué era lo que estaba mal en el mundo. Sin dudarlo, respondió: “Yo mismo”. Posteriormente, reflexionando sobre el tema, escribió un libro titulado “Lo que está mal en el mundo”, en el que señaló varios temas de su tiempo que a su juicio requerían mayor cuidado.
El escritor inglés comprendió claramente que el ser humano aprende con base en un proceso de ensayo y error, por eso expresó: “Si una cosa merece ser hecha, merece ser mal hecha”.
En otras palabras, invitó al hombre a no desanimarse en el camino de perfección. A esta plenitud no se llega desde las alturas ni es un destino exclusivo para personas especiales o privilegiadas; por el contrario, es un sendero abierto a quienes están dispuestas a experimentar, equivocarse, caer y levantarse.
¿Emprendo con esfuerzo y humildad el camino de perfección?