La receta
de la vida

Rodolfo Díaz Fonseca
16 noviembre 2022

Los seres humanos somos demasiado afectos a recetas; nos gusta saber la manera de preparar este o aquel alimento y nos afanamos por adquirir los ingredientes para preparar los platillos. Sin embargo, no son muchas las personas que se cuestionan sobre su receta para vivir bien y de una manera saludable.

La preocupación por conocer y preparar adecuadamente la receta de la vida es muy antigua, como constataremos en varios textos del filósofo Séneca, quien vivió del año 4 antes de nuestra era al 65 d.C.

El filósofo cordobés señaló que demoramos mucho en preocuparnos por darle sentido a nuestra vida, pues abordamos este objetivo hasta en la etapa de la madurez, aun cuando desconocemos si nuestra vida se estirará un poco más: “Pasáis la vida como si siempre fuerais a vivir; nunca se os ocurre pensar en vuestra fragilidad. Jamás tenéis en cuenta la cantidad de tiempo que ya pasó... ¿No será demasiado tarde comenzar a vivir, precisamente cuando ha llegado ya el momento de morir?”.

Subrayó que no se deben diferir los buenos propósito y acciones, porque no somos dueños del tiempo que nos resta: “¡Qué olvido tan necio de nuestra condición mortal, el intentar diferir los buenos propósitos para el año cincuenta o sesenta de nuestra vida, y pretender reanudar la verdadera vida a partir de una edad a la que muy pocos han podido llegar!”.

Aun suponiendo, agregó, que viviéramos más años, sería solamente un derroche: “¿De qué le sirven a ese hombre 80 años transcurridos en la inactividad? Es que no ha vivido, sino que se ha demorado en la vida, y no ha muerto tardíamente, sino lentamente. Ha vivido 80 años. Importa saber desde qué día comienza a contar su muerte”.

¿Conozco la receta de mi vida?