La rueda de
la fortuna
Gran éxito obtuvo la representación de la Cantata Carmina Burana, espectáculo donde participaron casi todas las compañías del ISIC: el Coro de Ópera, el Taller de Ópera, el Coro Infantil, Danza Joven y la OSSLA, además del Coro de la UAS. Fue reconfortante constatar que se puede montar una obra de excelente calidad con el talento artístico local. He ahí patente el trabajo y esfuerzo prodigados a través de 50 años, en favor de la cultura y el arte sinaloense.
La Cantata Carmina Burana gira en torno a los avatares de la rueda de la fortuna. Comienza y culmina con el cántico dedicado expresamente a la diosa fortuna, que gira caprichosamente sobre la ruleta de la vida.
La fortuna se caracteriza como una rueda que gira de forma incesante. Incluso, en los juegos mecánicos de la verbena, no puede faltar la llamada rueda de la fortuna, pues, al pasearse en ella, en algún momento se puede estar ubicado arriba o abajo.
La fortuna no equivale a simple suerte, es necesario el esfuerzo humano para llevar la nave a buen puerto, como precisó Virgilio en el verso 284 del libro X, de la Eneida: “Audentes fortuna iuvat” (La fortuna sonríe a los audaces).
Sin embargo, el concepto “fortuna” continúa teniendo el significado de suerte, casualidad, situación inesperada, como en la obra anónima de “El Lazarillo de Tormes; de sus fortunas y adversidades”, de 1554, donde fortunas equivale a azares, vicisitudes o cosas inesperadas.
Empero, los más de 200 bailarines, músicos, cantantes, técnicos y personal participantes, demostraron que su éxito no fue cosa de suerte. Se requirieron horas de preparación, esfuerzo y sacrificio, además de su creatividad, facultades y talento, con tal de montar la Carmina Burana para regocijo del público sinaloense.
¿Preparo mi suerte?