La Secretaria ve paz; las escuelas temor
Pedagogía del miedo, secuela de guerra

Alejandro Sicairos
25 septiembre 2024

A través del desempeño del cargo que le heredó Graciela Domínguez Nava al irse ésta a ocupar una curul en la Cámara de Diputados, la Secretaria de Educación Pública y Cultura del Gobierno de Sinaloa, Catalina Esparza Navarrete, no garantiza el liderazgo que se requiere en una dependencia primordial frente a la emergencia actual que llama a los funcionarios a sacar y dar lo mejor de sí mismos, sobre todo tratándose de las asignaturas de la civilidad y el conocimiento, antídotos del salvajismo. Cuando se fue a recorrer las escuelas desoladas por el miedo, evidenció la poca autoridad que tiene en el sector y la escasa habilidad para actuar en contextos de crisis.

Precisamente el bálsamo que sana cualquier mal social, que es el del saber, la cultura y las destrezas intelectuales, se tornó medicina amarga, al ras de ser brebaje envenenado, que Catalina Esparza les quiso suministrar a fuerzas a los alumnos, maestros, padres de familia. Tal remedio equivocado convirtió a los educadores y educandos en refractarios al discurso sobre el restablecimiento de los ambientes idóneos para regresar a las escuelas.

Esto podría ser la consecuencia normal de tomar sobre las rodillas decisiones trascendentes en áreas como la educación que según sea el ejercicio de tal responsabilidad será también el legado o insignificancia de un gobierno, con afectaciones al que encabeza de Rubén Rocha Moya que procede de una larga senda recorrida en el campo de la formación escolar. O lo que sea, pero la realidad salta a la vista como si la exacerbación de la violencia sacara a relucir las disfuncionalidades a corregir.

Tal vez la titular de la SEPyC ni siquiera esté conforme de serlo. Beneficiaria de una decisión política donde los puestos se pasan de una mano a otra entre camarillas de poder, la delata el desgano por hacer cosas más allá de la regularidad burocrática. Con 26 años dedicados a la docencia en el nivel básico ascendió junto con Graciela Domínguez a la Subsecretaria de Planeación Educativa y desde allí saltó a dirigir la Secretaría primero como interina y ahora como fija. Lo más extraño es que del 23 de febrero al 12 de junio de 2024 realizó mejor papel siendo suplente, quizá mostrando tal eficiencia de trampolín para llegar a la titularidad.

Las convulsiones por el choque entre células del narcotráfico que presenta el sistema educativo estatal van más allá de la irradiación del miedo que afecta a Culiacán y otros cuatro municipios. Las aulas sin alumnos denuncian la falta de un actor que desde la SEPyC inspire confianza a padres de familia y maestros, sin el montaje aquel de llegar a una escuela de la ciudad diezmada por el crimen y preguntarles a escolares y profesores ausentes cuál inseguridad los aleja de los centros de enseñanza. Se trata del clásico uso de la investidura como envoltura de la quimera del todo bien.

No sólo es eso. La resistencia del personal magisterial es más por el vacío de autoridad educativa que por el temor a hallarse en medio del fuego cruzado, miedo que por igual alcanza a los demás sectores laborales que con la vida en vilo permanecen al píe de sus trincheras de trabajo. Los médicos en los hospitales, los policías en los operativos, los empleados de centros proveedores de víveres, los encargados de garantizar los servicios públicos y los periodistas en sus coberturas, por ejemplo.

La agitación que experimenta la enseñanza en Sinaloa, con directores de planteles que llegan al absurdo de hacerles firmar responsivas a los jefes de familias que deciden llevar a sus hijos al salón de clases, deslindándose la escuela de la seguridad de sus estudiantes, así como la inducción a la zozobra de parte de las autoridades de la comunidades lectivas, configuran la derivación de la falta de un perfil en Educación que convoque a estar juntos, en las buenas y en las malas, tomando las mejores políticas públicas en aras de sostener firme el baluarte del conocimiento.

Sin decir nombres, el Gobernador Rocha Moya les ordenó el lunes a integrantes de su equipo de trabajo no ser prepotentes en el llamado a regresar a clases en medio de la crisis de seguridad y ponderó el llamado a la conciencia y vocación del profesorado para restablecer la presencialidad del ciclo lectivo. Le dio clases e indujo la respectiva reprimenda para Catalina Esparza, la Secretaria que sacó a relucir lo regañona que fue como supervisora escolar.

Mucho cuidado con la seguridad en las escuelas y las declaraciones que se emiten para ofrecerlas como espacios protegidos. Ayer la Secretaria de Educación refrendó el llamado a acudir a las aulas y consideró que “una vez que las y los niños ingresan a un plantel escolar, es la dirección en conjunto con sus docentes los responsables del cuidado de ellos, así como garantizar un entorno de aprendizaje seguro”. ¿Cómo así?

Pero mientras Catalina Esparza insistía ayer en la presencialidad escolar, grupos de civiles armados rondaban cerca de la primaria Luis Donaldo Colosio, en la colonia 4 de Marzo, lo cual hizo que los maestros les ordenaran a los niños refugiarse en el piso, bajo los pupitres.

Desde una escuela sin vida,

Víctima de esta narcoguerra,

La Secretaria se aferra,

A la asignatura suicida.

Casi listo para dejar la Junta de Coordinación Política en el Congreso del Estado e irse a despachar como Secretario de Gobierno en el Gabinete de Rubén Rocha, el Diputado Feliciano Castro Meléndrez aprovechó ayer la sesión solemne de entrega del Premio al Mérito Juvenil para deplorar que “ciertas fuerzas políticas estén aprovechando las circunstancias para montarse a la ola de oscuridad y miedo y así buscar acarrear agua a sus molinos, a costa de la gente buena y de trabajo”. En contraste, allí tenía frente a él al resplandor de esperanza que significa el Sinaloa virtuoso personalizado en los galardonados Francisco Alberto Ibarra Fon, María Guadalupe Beltrán Gómez, Eunice Andrea Aguirre Silva, Carlos Emilio Báez Robles y Camilla Govea Robles, en las categorías cívico social; académica, científica y tecnológica; empresarial; deportiva y artística.

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