La tierra tiembla
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El título de esta columna recuerda la película italiana La terra trema, dirigida por Luchino Visconti, en 1948, basada en la novela I Malavoglia, de Giovanni Verga, publicada en Milán el 19 de enero de 1881.
El nombre de la novela es irónico, pues hace referencia a las personas que tienen mala voluntad, flojas o indolentes; sin embargo, la familia Toscano, de la que trata la narración, es descrita por el mismo autor como “buena gente de pescadores”, que se ganaba la vida en su barca “La Providencia”.
La narración se desenvuelve en un lugar llamado Aci Trezza, pequeña comunidad de pescadores en Sicilia, los cuales son explotados por una familia rica que les compra el producto a precios ínfimos. El jefe de la familia Toscano se rebela contra esta injusticia y compra su propia barca para ser independiente, pero el grueso de la población teme romper con su inercia y prefieren seguir siendo explotados.
No obstante, hoy queremos referirnos, más bien, a los recurrentes temblores que han sacudido nuestra patria en el día 19 de este mes de septiembre, comenzando desde el sismo de 1985 y 2017, hasta el que aconteció este año.
Estas “coincidencias” ya aparecían en el relato rulfiano de El llano en llamas, de 1953, titulado El día del derrumbe. Rulfo escribió en la voz del narrador: “Fue en septiembre del año pasado, por el día veintiuno. Óyeme, Melitón, ¿no fue el veintiuno de septiembre el mero día del temblor?”. Respondió Melitón: “Fue un poco antes. Tengo entendido que fue por el dieciocho”.
Precisó que andaba en Tuzcacuexco: “cuando vio cómo se derrumbaban las casas como si estuvieran hechas de melcocha; nomás se retorcían así, haciendo muecas y se venían las paredes enteras contra el suelo”.
¿Cómo vivo desastres y contingencias?