Las tortugas que habitan en el Golfo de México, curiosidades y la importancia de protegerlas
Las tortugas marinas actuales descienden de un linaje de reptiles terrestres que, hace unos 110 millones de años, comenzó a adaptarse al medio acuático. Aunque las tortugas terrestres evolucionaron hace más de 200 millones de años, las marinas se especializaron en un estilo de vida completamente oceánico durante el Cretácico, coincidiendo con los grandes mares cálidos (1).
Entre las muchas maravillas de las tortugas marinas destaca su orientación magnética: estos animales son capaces de leer el campo magnético terrestre como si fuera un mapa incorporado, lo que les permite regresar al sitio exacto donde nacieron para anidar, incluso después de décadas de ausencia y travesías transoceánicas (2).
Otra curiosidad es su longevidad. Aunque es difícil de estimar con precisión, se sabe que algunas especies pueden vivir más de 50 años, y la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) puede sumergirse a profundidades mayores a los mil metros, algo inusual para un reptil de sangre fría (3).
En el mundo existen siete especies de tortugas marinas reconocidas: laúd (Dermochelys coriacea), verde (Chelonia mydas), carey (Eretmochelys imbricata), caguama (Caretta caretta), lora (Lepidochelys kempii), golfina (Lepidochelys olivacea) y plana (Natator depressus). De ellas, seis habitan aguas mexicanas, y cinco tienen presencia directa en el Golfo de México.
México tiene un papel clave en la conservación de las tortugas marinas. Desde hace más de cinco décadas, el País ha sido pionero en el diseño e implementación de programas de protección, con acciones que comenzaron formalmente en la década de 1970 y que han inspirado esfuerzos similares en toda la región (4). Playas como Rancho Nuevo en Tamaulipas (clave para la recuperación de la tortuga lora), El Verde Camacho en Sinaloa (importante para las tortugas golfina y prieta), y Escobilla en Oaxaca (uno de los sitios de arribadas masivas más grandes del mundo), son centros de anidación y conservación (5, 6, 7).
Estos sitios no sólo protegen huevos y crías, sino que también han consolidado una red de vigilancia comunitaria, ciencia aplicada y cooperación binacional, como en el caso del programa conjunto entre México y Estados Unidos para la protección de la tortuga lora (Lepidochelys kempii) (5).
En el Golfo de México se pueden observar principalmente cinco especies: la tortuga lora, considerada la más pequeña y una de las más amenazadas del mundo; la caguama, con su poderoso pico; la tortuga verde, herbívora; la carey, depredadora de esponjas y de belleza inigualable; y la majestuosa laúd que, aunque rara en esta región, ocasionalmente se registra en aguas profundas.
Este cuerpo de agua semicerrado, de aguas cálidas y abundante vida marina, ofrece alimento y refugio a las tortugas durante distintas etapas de su vida. Sin embargo, también es un lugar donde enfrentan amenazas crecientes. Por ejemplo, la pesca incidental es una de las principales causas de mortalidad. Cada año, miles de ellas quedan atrapadas en redes de pesca, palangres o diversas artes de pesca.
A esto se suman la contaminación plástica, la degradación de los hábitats costeros y el cambio climático, que altera desde la temperatura de los nidos -afectando el sexo de las crías- hasta las rutas migratorias (8, 9, 10). Además, la actividad petrolera en el Golfo de México, los derrames accidentales, y la presencia de microplásticos en la red trófica marina representan amenazas invisibles pero persistentes (11, 12).
De ahí que para proteger a las tortugas marinas se requiera de un enfoque integral. No basta con proteger las playas de anidación: es necesario implementar políticas de pesca sustentable, mejorar la regulación ambiental en aguas profundas y costeras, y fortalecer la cooperación internacional, pues estos animales no conocen fronteras. También implica educación ambiental, ciencia ciudadana y vigilancia efectiva de las Áreas Naturales Protegidas.
El papel de México es clave. Nuestra legislación prohíbe desde hace décadas el comercio y consumo de carne o huevos de tortuga marina, pero los retos persisten, especialmente en zonas con poca presencia institucional.
A pesar de las amenazas, hay razones para el optimismo. Las poblaciones de tortuga lora, que estuvieron al borde de la extinción han comenzado a recuperarse gracias al trabajo conjunto de comunidades, investigadores y autoridades (13, 14, 15). Las campañas de liberación de crías han tenido un fuerte impacto social, y muchas comunidades costeras ahora ven a la tortuga no como un recurso, sino como un símbolo de identidad y conservación.
El Golfo de México es un ecosistema tan hermoso como complejo: un mar lleno de vida, historia, y conexiones invisibles que van desde los manglares costeros hasta las profundidades abisales. Es el hogar de millones de organismos y un corredor vital para especies migratorias como las tortugas marinas. Cada tortuga que nada en estas aguas representa una historia milenaria de adaptación, una sinfonía entre tierra y mar, entre pasado y futuro.
Proteger a las tortugas marinas no es sólo un acto de empatía por una especie carismática. Es proteger un equilibrio ecológico milenario, una red de vida que sostiene arrecifes, praderas de pastos marinos y manglares. Es, también, proteger nuestra herencia natural y nuestro futuro común.
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El autor es Antar Mijail Pérez Botello, doctor especialista en Ciencia de Oceana.
Literatura citada
1. Cadena, E. Oldest known marine turtle? A new protostegid from the Lower Cretaceous of Colombia. PaleoBios 32, (2015). https://doi.org/10.5070/P9321028615
2. Lohmann, K., Putman, N. & Lohmann, C. Geomagnetic imprinting: A unifying hypothesis of long-distance natal homing in salmon and sea turtles. Proc. Natl Acad. Sci. USA 105, 19096–19101 (2009). https://doi.org/10.1073/pnas.0801859105
3. Eckert, S., Nellis, D., Eckert, K. & Kooyman, G. Diving patterns of two leatherback sea turtles (Dermochelys coriacea) during internesting intervals at Sandy Point, St. Croix, US Virgin Islands. Herpetologica 42, 381–388 (1986).
4. Garcia, A., Ceballos, G. & Adaya, R. Intensive beach management as an improved sea turtle conservation strategy in Mexico. Biol. Conserv. 111, 253–261 (2003). https://doi.org/10.1016/S0006-3207(02)00300-2
5. Márquez, R. et al. Status of the Kemp’s ridley sea turtle, Lepidochelys kempii. Chelonian Conserv. Biol. 4, 761–766 (2005).
6. Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas. 80 pp. (2022). https://www.conanp.gob.mx/documentos/Programa-Nacional-De-Conservacion-De-Tortugas-Marinas.pdf
7. Wallace, B. et al. Global patterns of marine turtle bycatch. Conserv. Lett. 3, 131–142 (2010). https://doi.org/10.1111/j.1755-263X.2010.00105.x
8. Jensen, M. et al. Environmental warming and feminization of one of the largest sea turtle populations in the world. Curr. Biol. 28, 154–159.e4 (2018). https://doi.org/10.1016/j.cub.2017.11.057
9. Fuentes, M., Limpus, C. & Hamann, M. Potential impacts of projected sea‐level rise on sea turtle rookeries. Aquat. Conserv. 20, 132–139 (2010). https://doi.org/10.1002/aqc.1088
10. Witt, M. et al. Predicting the impacts of climate change on a globally distributed species: The case of the loggerhead turtle. J. Exp. Biol. 213, 901–911 (2010). https://doi.org/10.1242/jeb.038133
11. Duncan, E. et al. Plastic pollution and small juvenile marine turtles: A potential evolutionary trap. Front. Mar. Sci. 8, (2021). https://doi.org/10.3389/fmars.2021.699521
12. Nelms, S. et al. Plastic and marine turtles: A review and call for research. ICES J. Mar. Sci. 73, 165–181 (2015). https://doi.org/10.1093/icesjms/fsv165
13. Bevan, E. et al. Estimating the historic size and current status of the Kemp’s ridley sea turtle (Lepidochelys kempii) population. Ecosphere 7, (2016). https://doi.org/10.1002/ecs2.1244
14. Caillouet, C. Jr. et al. Did declining carrying capacity for the Kemp’s ridley sea turtle population within the Gulf of Mexico contribute to the nesting setback in 2010−2017? Chelonian Conserv. Biol. 17, (2018).
15. Arendt, M., Schwenter, J. & Owens, D. Climate-mediated population dynamics for the world’s most endangered sea turtle species. Sci. Rep. 13, (2023). https://doi.org/10.1038/s41598-023-41647-8