Línea 12 del Metro

Salomón Gaxiola
08 mayo 2021

La corrupción cobra vidas, la corrupción cobra vidas, la corrupción cobra vidas, hay que repetirlo las veces que sea necesario, hay que grabárnoslo en nuestra mente, hay que entenderlo, así como es elemental el conocimiento de que si no tenemos aire no podemos respirar, hay que entender que la corrupción se traduce tarde que temprano en la pérdida de vidas, ejemplos hay muchos, por supuesto el no lejano Colegio Rébsamen en el cual permisos irregulares de construcción permitieron la ampliación y mantenimiento de un edificio que no era viable, que no era estructuralmente lo suficientemente fuerte, pero ese “no pasa nada” esa “mochada” junto con un sismo se tradujeron en la pérdida de vida más triste que hay, en la pérdida de niños.

En esta ocasión 25 muertos y 80 heridos es lo que tenemos después del pasado 3 de mayo en donde vagones del Metro de la Línea 12 en la Ciudad de México no fueron soportados y terminaron cayendo, una trabe no aguantó en este caso. Reportes había varios, pero que por alguna razón solo quedaron en eso, en reportes. Nosotros no tenemos metro, por lo que quizá no logramos entender la dimensión de las personas que lo utilizan, en el caso de la CDMX es usado por alrededor de 6 millones de personas diariamente, por lo que el funcionamiento y mantenimiento del mismo debe de ser elemental, fundamental, vaya imposible de no atender, pero curiosamente en los últimos años los recursos públicos destinados para ello han ido disminuyendo, pasando de 19 mil millones de pesos en 2017 a 15 mil millones de pesos en 2021.

Esta Línea 12 del Metro ha sido ampliamente señalada, en un principio fue una obra que se presupuestó en $17,500 millones de pesos y terminó costando $26 mil millones. La Auditoría Superior de la Federación ha señalado irregularidades incluso desde antes de su inauguración, pasando por irregularidades en los protocolos de pruebas, mantenimiento en el sistema de vías y en la atención de desgaste prematuro, incluso en el no tan lejano 2019 detectó una posible afectación de 72 millones de pesos por irregularidades en la ampliación de la línea.

Los funcionarios públicos tienen la obligación de hacer o de no hacer, por lo que su hacer o no hacer debe de ser fuertemente cuestionado, en este caso alguien dejó de hacer, alguien dejó pasar, dijo “no pasa nada”, por lo que se podría esperar que una investigación seria se realizara, que se buscara llegar al fondo del asunto, “el dar el pésame a los fallecidos” no es suficiente, eso no hará que estos “incidentes” dejen de pasar, lo que hará que estos actos dejen de pasar es que haya certeza de que si alguien incumple con su obligación de hacer o de no hacer, sea sancionado de acuerdo a las leyes aplicables, que sepa que habrá un castigo, no que sepa que al fin y al cabo no pasará nada.

Y Justo ese mensaje de no pasa nada se transmite, cuando el Senado no aprueba la creación de una comisión plural que investigue el accidente ocurrido el pasado 3 de mayo, me queda claro que puede no ser lo idóneo, pero repito puede ser un mensaje de que se quiere investigar el fondo del asunto. No es politizar el asunto, es atenderlo y que no vuelva a pasar.

25 familias sufrieron un daño irreparable, que el Estado tiene obligación de reparar.

PD 1. ¿Usted ya sabe lo que está pasando en Colombia?

PD 2. ¿Semáforo verde? Creo que soy daltónico.

PD 3. Si queremos evitar la corrupción, tenemos que evitar la impunidad, ni más ni menos.