Lo oscuro del alumbrado de ‘El Químico’. El ex chofer que decidió sobre 400 mdp

Alejandro Sicairos
05 mayo 2022

Debieran intervenir pronto las instituciones de transparencia y combate a la corrupción para determinar si es legal el hecho de que el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, le compre sin el debido concurso a la empresa Azteca Lighting lámparas para el alumbrado público por un monto de 400 millones de pesos. El procedimiento y la cuantía de la inversión traen consigo el tufo de esas componendas donde los cuates y las cuotas bailan entero el jarabe tapatío encima de los sistemas de rendición de cuentas.

Al parecer en el cierre de este trato no existe ninguno de los supuestos en los que la Ley de Obras Públicas de Sinaloa permite la asignación directa pues además de faltar que lo avalen la oficina del Síndico Procurador y testigos sociales ni siquiera lo autorizó el Secretario del Ayuntamiento, Édgar González Zataráin. Tampoco existe una situación de emergencia, caso fortuito, de fuerza mayor o efectos de fenómenos naturales, como lo establece el artículo 92 de la norma referida, que justifiquen la adquisición fast track y unilateral.

De acuerdo con la información publicada ayer por el diario Noroeste, el acta de sesión 87/2022 del Comité de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Municipio de Mazatlán establece que la marca beneficiada con la adjudicación directa es la única de Sinaloa que tiene los derechos exclusivos para fabricar, comercializar y distribuir en México las luminarias marca UFO, utilizadas anteriormente en alumbrar otras vialidades. Medió, explica el documento, una investigación de mercado con otros cinco proveedores.

El negocio que hizo Azteca Lighting supuestamente se trata también de buenos bisnes para el Alcalde y sus colaboradores más cercanos. Nayla Adilene Velarde Narvaez, Oficial Mayor y presidenta del Comité de Adquisiciones; Jesús Javier Alarcón Lizárraga, Tesorero; Luis Gerardo Núñez Gutiérrez, Director de Obras Públicas y José David Ibarra Olmeda, Director de Servicios Públicos, debieron pensarla bastante bien antes de avalar la transacción.

Es importante detenernos un poco en el papel que jugó José David Ibarra Olmeda, que fue quien hizo la propuesta a favor de la firma favorecida, a menos de dos meses de integrarse al equipo de gobierno de “El Químico”. Apenas a mediados de febrero el Alcalde le dio el nombramiento y quien ocupaba ese puesto, Miguel Luis Morales Lizárraga, recibió el “castigó” de regresarse al área de aseo urbano en una especie de destierro del círculo rojo del poder municipal.

Aquí hay una trama intrigante que podría arrojar luz en el lóbrego fondo del procedimiento para otorgar sin mayor trámite el contrato por 400 millones de pesos a la empresa mencionada. En mayo de 2021, cuando Benítez Torres pidió licencia para realizar la campaña política que lo llevó a la reelección, el entonces Alcalde sustituto, José Manuel Villalobos Jiménez, designó a Morales Lizárraga como Director de Servicios Públicos. Pero desde que regresó “El Químico” a la Presidencia Municipal, Morales Lizárraga desobedeció algunas órdenes que no le gustaron porque a futuro lo comprometerían, insubordinación que lo convirtió en funcionario incómodo.

En cambio, José David Ibarra Olmeda es un hombre muy cercano y de todas las confianzas del Alcalde de Mazatlán ya que se desempeñaba como chofer de él antes de llegar a la Dirección de Servicios Públicos. En justificación por tal designación que sorprendió dentro y fuera del Gabinete municipal, “El Químico” dijo “colaboraba conmigo y hago lo mismo que hace el Presidente López Obrador” en paráfrasis del caso de Nicolás Mollinedo, el otrora humilde “Nico” que durante años fue el encargado de trasladar a AMLO de un lugar a otro y de pronto apareció con lujos y fortunas tras recibir el cargo en 2020 de Director de Organización y Servicios y Coordinador de la Unidad de Apoyo Logístico de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. En otro de los alegatos Benítez Torres defendió el ascenso de su conductor diciendo “si ocupo a alguien que no me falle mando a los que ya conozco”.

Por todo este enredo de situaciones, más vale que se active el Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción de Sinaloa anticipándose a que el daño a las finanzas municipales de Mazatlán resulte irreparable y los mazatlecos vuelvan a pagar los platos rotos. Recordemos que 10 años después no deja de correr el pus del caso Nafta debido a que en 2012 el Ayuntamiento otorgó con total desaseo el permiso para construir una gasolinera y ahora tiene que pagarle 141 millones de pesos al Grupo Arhe por daños y perjuicios.

Las alertas tempranas en materia de rendición de cuentas permiten detectar cuándo los gobiernos estatal y municipales renuncian a los principios de transparencia, austeridad y honestidad que son básicos para la administración pública. A los pícaros de la política hay que tenderles los muros legales de contención que ya existen, antes de ver cómo escapan de la justicia a pesar de sus largas colas. A estas alturas, facilitarles cometer nuevos desfalcos sería el acabose.

Si de iluminar bien se trata,

La lámpara más potente,

Debe ponerla la gente,

Sobre lo que Benítez contrata.

El liderazgo y visión de los que carece el gobierno de Mazatlán es completamente atribuible a Benítez Torres y aunque sobran las evidencias a favor del desastre gubernativo allí está la irreflexiva declaración del Alcalde que consideró que a la Perla del Pacífico le beneficia que haya estado vacacionando aquí uno de los presuntos jefes del Cártel Jalisco Nueva Generación, detenido en un operativo federal el 30 de abril. “Es más, promociona la ciudad para que sea más conocida por otras personas”, agregó en un enésimo derrame de estulticia. Qué bárbaro. Qué hizo mal Mazatlán para sufrir tan tremenda desgracia política.