López Obrador a través de los alcaldes. Dos años acabaron con la expectativa

Alejandro Sicairos
02 diciembre 2020

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alexsicairos@hotmail.com

 

Para no extraviarse en la vorágine nacional que revisa el primer tercio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, en Sinaloa el análisis debe hacerse con base al comportamiento, resultados e impacto de los actores locales de la Cuarta Transformación. ¿Cómo calificar al Presidente desde el desempeño de los alcaldes Luis Guillermo Benítez Torres, en Mazatlán; Jesús Estrada Ferreiro, en Culiacán; y Manuel Guillermo Chapman Moreno, en Ahome?

Los tres presidentes municipales recibieron la encomienda de hacer valer los principios del nuevo régimen y al decir de ellos están hechos a imagen y semejanza del Mandatario federal. Además se supone que desde Palacio Nacional existe el seguimiento al quehacer de los morenistas en cargos de gobierno en Sinaloa y a falta de correctivos se da por sentado que tienen el aval al menos de la Secretaría de Gobernación.

Por pintoresco y obstinado, “El Químico” ayuda más en el intento de descifrar a López Obrador según le va a Sinaloa al cumplirse los dos primeros años del gobierno de éste. Allí está como elemento puntual para el balance la consulta que el Edil mazatleco aplicará para que la población decida si se realiza o no el Carnaval de 2021. Igual que AMLO, Benítez les avienta todas las “papas calientes” al pueblo para que ante la posibilidad de errores sea la comunidad la que se equivoque y no la autoridad.

En otro estilo “copy and paste” el Alcalde de Mazatlán está en permanente confrontación con periodistas y medios de comunicación mientras la buena relación la funda en el elogio recíproco. Es refractario a la crítica así tenga pruebas sólidas y con frecuencia manda al diablo a las instituciones como lo hizo en la reciente maniobra para designar a un incondicional como titular del Órgano Interno de Control.

En Culiacán Jesús Estrada Ferreiro replica la estrategia amloísta de descalificar a las personas e instituciones que se resisten al servilismo. La reciente confrontación con la Diputada Graciela Domínguez Nava, presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Sinaloa, remasteriza la actitud de borrar la división entre poderes del Estado por las buenas o las malas.

Estrada ha tomado y perfeccionado la postura despreocupada e insensible frente al tema de la inseguridad creyendo que si al Presidente le pasan desapercibidos las más de 65 muertes por violencia, a él como Alcalde no tendría por qué preocuparle que el Sistema Nacional de Seguridad Pública señale a Culiacán como la quinta ciudad del País con mayor índice de homicidios.

Y Chapman no se queda atrás. A pesar de ser el que presenta mayor desapego de la línea de gobierno definida por López Obrador deja ver tenues matices de ese modo de desempeñar el cargo sin atención alguna al Estado de Derecho, acumulando más demandas de juicio político que ningún otro Alcalde y siendo señalado de presunto partícipe en el atentado que sufrió el bloguero Paúl Velázquez.

Por donde pasa va dejando rastros de ineptitud para el desempeño de la función y recuérdese la arremetida contra los derechos humanos de la mujer policía Dignora Valdez, el ataque a la autoestima de la niña de San Miguel Zapotitlán que exhibió en público por su “obesidad espantosa”, o la mancha pestilente que lo sigue al no presentar soluciones para el drenaje sanitario colapsado en Los Mochis.

Benítez, Estrada y Chapman tienen varias cosas en común. Para muestra están la terquedad a ejercer el cargo en total opacidad al resistirse a que la lupa social los vigile a través de las síndico procuradoras o los órganos internos de control, instancias de transparencia a las cuales quieren anular a como sea. Asimismo comparten la tentación por reprender a organismos cívicos y empresas que les echan a perder el estilo autoritario con el que gobiernan.

Los tres constituyen el gran fiasco de la 4T en Sinaloa, con efectos colaterales para el programa de gobierno de López Obrador. Cualquier esfuerzo de descifrarlos lleva a declarar por adelantado que es misión imposible porque aun cuando se digan apegados al guion federal cada cual se da el lujo de interpretarlo e implementarlo a su manera. Si ellos fuesen el reflejo fiel del lopezobradorismo en la tierra de los once ríos entonces qué desastrosas cuentas del bienio.

Qué caso tiene deletrear los primeros 730 días del mandato de López Obrador desde el enfoque de lo nacional siendo que en Sinaloa, lo que nos interesa y nos pega, abundan elementos para determinar cómo nos ha ido. Son los alcaldes de Mazatlán, Culiacán y Ahome la referencia contigua para el cotejo de estados de ánimo, verificando cómo queríamos que nos fuera con la 4T y cómo sentimos que nos fue al agotarse el primer tercio del gobierno, los dos años de esperanzas idas.


Reverso

Sus alcaldes, Presidente,

Aquí no le hacen eco,

Pues sabe toda la gente,

A usted le juegan chueco.


No hay candidatos así

El Centro Empresarial de Sinaloa se puso muy exigente en cuanto al perfil de los aspirantes a puestos de elección popular que se resolverán el 6 de junio. Exhortó a los partidos a optar por candidatos de honestidad probada, con espíritu de servicio a la comunidad, que tengan la firme voluntad de procurar el bien común, así como contar con el perfil y la preparación adecuada. Ahora los partidos tendrán que declarar desiertas las postulaciones o comprar en el e-commerce una lámpara de Diógenes que les ayude a encontrar pretensos con tales virtudes.