¿Los migrantes quitan empleos
a los mexicanos?
Éste es uno de los argumentos más comunes entre la población xenófoba en distintas partes del mundo: Que los inmigrantes del sur global llegan y quitan los empleos a los habitantes locales.
En México no es la excepción, muchas personas creen que los hondureños, guatemaltecos, salvadoreños, y ahora los haitianos, vendrán a ocupar los puestos de trabajo que hasta hoy son ocupados por trabajadores mexicanos.
La verdad es que hasta ahora no hay ninguna investigación seria que afirme tal argumento. Por el contrario, los ciudadanos de aquellos países, que por alguna razón se quedan a trabajar en México, hacen trabajos de alto riesgo, y lo hacen de manera precaria y sin prestaciones, o seguridad social.
La inserción laboral de los inmigrantes internacionales en cualquier país de llegada, se sostiene principalmente en dos recursos: el capital humano (estudios académicos, habilidades, experiencias, conocimientos y dominio del idioma) y el capital social (redes de amigos o familiares que apoyan para su inserción en el mercado de trabajo).
En el caso de los migrantes centroamericanos en México, su grado escolar es muy básico. En una encuesta que realizamos como parte de las actividades de la Asociación Civil “Mazatlán Fraterno” y con ayuda de estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa, encontramos que el 49% de los transmigrantes centroamericanos sólo tienen estudios de primaria, el 33% estudios de secundaria, y el 10% de preparatoria. El 6% de ellas y ellos no tiene ningún grado escolar. Esto se traduce en acceso a trabajos mal pagados y precarios.
Otro estudio realizado por la Dra. Liliana Meza, y publicado por la CANAMID (Central America-North America Migration Dialogue) se encontró que, a nivel nacional, la mayoría de los hombres guatemaltecos laboran en el sector agropecuario (47.2%), siendo muchos de ellos jornaleros o peones; las guatemaltecas, en el sector de servicios (61%), donde una gran parte de ellas son empleadas domésticas.
Los salvadoreños, tanto hombres como mujeres, trabajan en servicios varios (42% para los hombres; 73% para las mujeres): hay artesanos, vendedores, profesionistas y técnicos. En el caso de las mujeres llama la atención el hecho de que a pesar de sus mayores niveles educativos, se dedican a actividades que no requieren mayor capital humano.
En cuanto a los residentes hondureños, el 28% de los hombres se dedican al trabajo artesanal, mientras que 18% a actividades elementales y de apoyo.
En el caso de los haitianos, la inserción laboral es aún más complicada, pues la mayoría no domina el idioma español. En Tijuana y Mexicali se han ocupado en la parte informal de la economía, vendiendo artículos de todo tipo en esquinas o en cruceros estratégicos. Algunos han montado micro negocios como peluquerías, salones de belleza, cibercafés, restaurantes de comida haitiana, o “consultorios” de medicina tradicional haitiana. Todos principalmente dirigidos a sus connacionales.
En Mazatlán, los migrantes temporales o de tránsito, se han ocupado principalmente en la construcción, ya que actualmente existe una alta demanda de mano de obra, que incluso es ya insuficiente con los trabajadores locales.
Así que, no se preocupe, nadie vendrá del extranjero a “quitarle” su trabajo. De lo que sí es de preocupar, son las condiciones en las que se ganan la vida los inmigrantes en territorio mexicano.
Es cuanto....