Mandamiento sin estrenar

Rodolfo Díaz Fonseca
25 junio 2022

El evangelista Juan, escribió: “El mandamiento que Cristo nos dejó es un mandamiento nuevo: que nos amemos los unos a los otros, como Él nos ha amado (Jn 13,31-35). Asimismo, en su primera Carta aconsejó: “Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios para afuera, sino de verdad y con hechos” (1 Jn 3,18).

En realidad, no se trata de un mandamiento totalmente nuevo, pues es la consigna que siempre se nos ha dado. Sin embargo, contemplando la realidad de nuestro mundo, podríamos decir que es un mandamiento aún sin estrenar. En efecto, la soberbia, egoísmo, avaricia, odios, celos, envidias, guerras, rencores, resentimientos y tantas otras lacras y miserias son fiel testimonio de que no ponemos en práctica este mandamiento.

¿En dónde está novedad, si ya Jesús había dicho que amar a Dios y amar al prójimo era el primer mandamiento (Mc 12,28-34)? La novedad estriba en que Jesús pide que nos amemos como Él nos ha amado. ¿Y cómo nos ama Jesús? El evangelista Juan lo precisó en el texto de la última cena: “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn 13,1).

Aun cuando no estuviéramos convencidos de estrenar y practicar este mandamiento, convendría escuchar la recomendación que hizo el bardo Amado Nervo, en su poema Amemos:

“Si nadie sabe ni por qué reímos/ ni por qué lloramos;/ si nadie sabe ni por qué vinimos/ ni por qué nos vamos;/ si en un mar de tinieblas nos movemos,/ si todo es noche en derredor y arcano,/ ¡a lo menos amemos!/ ¡Quizá no sea en vano!

¿Amo hasta el extremo? ¿Estrené, ya, este mandamiento?