Mazatlán y su noche de 4 minutos
Extasió al turismo difícil de seducir

Alejandro Sicairos
09 abril 2024

La alineación de los astros esenciales con la cultura, la ciencia y la política nos aportó desde Mazatlán bastante luz para entender la coexistencia que en el origen de los tiempos era de sincrónica colaboración entre el planeta, su satélite y el sol. Fue cuando las sombras no eran tal sino luz inmensa que nos trajo mil y una alucinaciones de abrazos siderales, empatías con el cosmos y sentimientos de culpa porque el hábitat develado es el mismo que condenamos a la destrucción.

Ayer entendimos que continúa insatisfecha la curiosidad humana porque renació la indagación de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, exploración que movilizó tanto a los versados investigadores de la NASA como al ciudadano neófito, aquellos en busca de respuestas y los otros pretendiendo asombros que realimenten la capacidad de sorprendemos.

Hasta la figura presidencial se opacó al cederle Andrés Manuel López Obrador la estelaridad al eclipse y no se diga los marchistas invisibilizados al protestar por las vinculaciones a procesos penales dictadas por la justicia contra autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa acusadas de la presunta comisión de delitos de corrupción. Sin tino en los intentos por llegar al Mandatario federal acabaron siendo otros abarcados por las penumbras que extasiaron a miles.

Pero además del espectáculo que atrajo a visitantes internacionales y la atención de agencias astronómicas de todo el mundo, el eclipse total del sol le permitió a Mazatlán conocer un nuevo tipo de turismo cuya afluencia no es común pero su opinión influye al promocionar destinos de recreación, descanso y ahora de actividad científica. Desde la oportunidad brindada por el astro rey y la interposición de la luna, la Perla del Pacífico podría intentar la diversificación de una industria sin chimeneas en evidente crecimiento.

Se nota que con su tambora y hospitalidad Mazatlán le encanta a la gente que llega en su mayoría del interior del País, pero esta vez fue evidente la llegada de turismo extranjero seducido por el evento astral donde pueblo y ciencia convergieron como si el principal centro turístico de Sinaloa les hiciera un guiño para que lo tomen en cuenta en sus agendas lúdicas. Qué tal si con el pretexto del eclipse se les convence de otros atractivos naturales.

El turismo científico y ecológico, por ejemplo, representa uno de los filones de oro para quienes gustan del conocimiento y el entretenimiento, amalgama interesante para el sector educativo que moviliza a millones de estudiantes de instituciones de enseñanza superior del mundo. La exploración de aventura, relacionada con bosques, montañas, cuerpos de agua y un sinfín de posibilidades está aquí, también, agregada a los que vienen por sol y arena.

El sur de Sinaloa posee inventarios fantásticos de entretenimiento y la oferta de infraestructura de fascinación va en aumento, mientras que los empresarios e inversionistas le apuntan al turismo de altura, el europeo y asiático, para la detonación definitiva del sector. El turismo regional o temático sostiene en gran medida a esta rama de la economía, pero por supuesto que otra historia de desarrollo se tendría con más visitantes internacionales.

Como muestra de que sí se puede, los engranajes de hospedaje, servicios, transporte, alimentos, artes y protección civil funcionando al máximo para echar a andar la maquinaria de la seducción al turismo. Mazatlán lo hizo bien, de nuevo, en el complicado reto de manejar multitudes. Está a un paso de conquistar a paseantes de otros continentes, gracias a que la alineación del sol, la luna y la tierra cautivaron a propios y extraños.

La música de la tambora igual se oyó lejos porque el Corrido de Mazatlán, entonado por la multitud en el Parque Ciudades Hermanas, simbolizó la culminación del eclipse y el surgimiento de múltiples lecciones asumidas algunas en el llanto y otras en el mutismo de meditaciones profundas. Al borde del paroxismo que lo eclipsó todo tuvimos la noche de cuatro minutos que borró las largas veladas nocturnas por miedo a los males que acechan y los días en que corremos a esconder a los nuestros para que ninguna tragedia los encuentre.

Todo el malecón reunió a visitantes y habitantes en un solo grito de emoción cuando la luna anuló por completo al sol. No lo creíamos hasta que sucedió y la luz se coló de nuevo con la alterada puesta del sol sobre el mar, las aves confundidas por el nocturno inesperado y la masa humana con sus gafas especiales vio cómo se despidió el eclipse.

Gracias, Mazatlán; gracias, Sinaloa, por la breve noche cuya penumbra permitió que todos, juntos, nos viéramos como somos, sin más pretensión que el reencuentro.

Reverso

Gracias, anocheceres inauditos,

Que nos funden de pies a cabeza,

Con nuestro sol, la luna y sus ritos,

Y la hermosa naturaleza.

Debatir en el ring

Un día después del debate de las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República, ya nadie se acordaba ayer del cruce de ataques entre Claudia Sheinbaum, de la alianza Seguimos Haciendo Historia, y Xóchitl Gálvez, de la coalición Fuerza y Corazón por México. Qué bueno que los electores olviden pronto el dominio de la agresión por encima de la propuesta porque así se evita que por desencanto sacrifiquen el sufragio en la abstención.

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