Meade y el populismo financiero penal

Miguel Pulido
01 febrero 2018

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@nomus77

 

El fantasma de otro populismo anda rondando por ahí. En campaña política todos se llenan la boca de promesas y se inflan como guajolote con el típico: yo sí sé cómo. Ahí tienen el caso de Meade, que dice que les quitará el dinero a los malos y que nos lo regresará en becas. 

Pero, cuando hablamos de golpear el bolsillo de narcotraficantes y corruptos ¿de qué estamos hablando? ¿Qué antecedentes hay en el País? ¿Esos son los únicos rubros chuecos de la economía? Vamos por partes.

 

1. El tamaño del pastel

Un estudio de Global Financial Integrity, una institución con sede en Washington, señala que México ocupa el tercer sitio dentro de las primeras 20 economías emergentes en exportar flujos de capitales ilícitos, sólo después de China y Rusia.

Sólo en 2013 hubo fugas ilegales por 1.1 billones de dólares, principalmente a paraísos fiscales como Suiza, las Islas Vírgenes Británicas. Es dinero que se generó en nuestra economía, pero que aprovecha las grietas y tuberías para irse sin dejar los impuestos que corresponden.

Otro dato, la ASF y el SAT estiman que la evasión fiscal le ha costado a México hasta 3 por ciento del PIB. Mientras que diversos estudios dicen que la corrupción en el País se chupa hasta el 10 por ciento del PIB. O tengan en cuenta los rubros que la ASF ha observado a los gobernadores que son simplemente descomunales. En Veracruz, con Duarte, por ejemplo, la ASF presentó observaciones sobre el gasto de 17 mil millones de pesos. Y eso que no revisa todo lo que se gastan sino sólo una partecita.

En suma, entre corrupción, crimen y flujos ilícitos hablamos de cantidades estratosféricas.

 

2. Pero ¿qué ha hecho el gobierno de Enrique Peña Nieto -al que perteneció Meade- frente a tal situación?

Realmente poco, por no decir nada. Y eso no es cosa menor, porque José Antonio Meade precisamente viene del sector financiero. Aunque, de hecho, lo cierto es que la capacidad del Gobierno mexicano para pelear contra la economía criminal es mínima. Y esta falla estructural viene de hace tiempo.

Tomemos el caso de los defraudadores fiscales. En total, en dos años (2014 y 2015), la Procuraduría Fiscal de la Federación consiguió 454 consignaciones, obtuvo 88 sentencias condenatorias y la recuperación de poco más de 78 millones de pesos.

La ASF y el SAT calculan que en esos mismos años se evadieron 430 mil millones de pesos. Sopas: 78 millones frente a 430 mil. 

Hablemos del lavado de dinero. En el tercer informe de gobierno, Enrique Peña Nieto presume que la reforma financiera permitió que se bloquearan 407 millones de pesos y 5 millones de dólares de dudosa procedencia, y que se logró el aseguramiento de 260 millones de pesos y 115 mil dólares.

Para poner la cifra en perspectiva, los dólares bloqueados y asegurados (con inteligencia financiera) por el Gobierno de México son una diezmilésima parte (el .012%) de los ingresos de los cárteles del narcotráfico (estimados por el Gobierno de Estados Unidos en 40 mil millones de dólares). La proporción en este caso es ridícula. 

Esto es así, porque simplemente las operaciones con recursos de procedencia ilícita chapotean de alegría en la impunidad.

 

3. Y a todo esto ¿qué onda con la inteligencia financiera? 

No hay que hacerse bolas, es tan poca que alcanza apenas para los enemigos políticos, así que nunca pueden o sólo pueden cuando quieren. ¿Dónde quedó ese aparato de inteligencia financiera que reveló las triangulaciones y operaciones sospechosas e inusuales de Elba Esther Gordillo? ¿Dónde el que iniciara investigaciones contra Marcelo Ebrard? ¿Qué pasó a las investigaciones contra Padrés y su hijo? ¿En qué va el juicio de Andrés Granier? ¿Por qué no logran la recuperación de los bienes incautados en Estados Unidos a la familia de Moreira?

Es obvio, la capacidad institucional para investigar las finanzas criminales es ridícula.

La inteligencia financiera fracasa como parte del pacto de impunidad. Y frente a esta evidencia, las promesas de José Antonio Meade de cárcel, decomisos parejos y bla bla bla no es sino populismo penal financiero.