Migrantes haitianos en Mazatlán

Omar Lizárraga Morales
13 diciembre 2021

Seguramente usted, estimado lector, los ha visto con más frecuencia en los últimos días por la ciudad. Y es que el flujo migratorio proveniente del pequeño país caribeño se ha intensificado en los últimos meses. A miles de ciudadanos haitianos no les ha quedado otra opción más que salir de su país a buscar un mejor futuro.

Como parte de las actividades realizadas por la asociación civil “Mazatlán Fraterno”, acudimos a asistir a un grupo de migrantes que se encuentran prácticamente viviendo en la calle; a un costado de la central camionera. Se trata de un grupo de aproximadamente cuarenta personas; la mitad de ellas, mujeres y niños.

Los pocos que hablan español, son los que vivieron por un tiempo en países de Sudamérica. Así me lo hicieron saber Esaie y Lensky (así me deletrearon sus nombres) quienes vivieron por tres años en Chile. Allá trabajaban como chofer y como despachador de gasolina, respectivamente. En su caso, tuvieron que redireccionar la ruta migratoria hacia Estados Unidos, ya que actualmente en aquel país viven una desaceleración económica a causa del Covid-19, crisis económica que los dejo sin empleo.

Ambos llevan cinco meses en su travesía, tuvieron que cruzar ocho países antes de llegar a territorio mexicano. A su decir, el tramo más difícil fue cruzar la selva del Darién. Ésta es una densa selva que divide la frontera entre Colombia y Panamá. Este punto es comúnmente conocido como el “tapón de Darién”. En este punto robaron a Esaie y a Lensky todo lo que traían. También vieron personas muertas en el camino.

Para evitar el cruce por la selva, se puede cruzar por el mar caribe, pero para los migrantes indocumentados es una opción que se descarta. Muchos lo han intentado en embarcaciones improvisadas, lo que ha resultado en naufragios y tragedias. Este tramo es territorio controlado por narcotraficantes, grupos guerrilleros y mafias traficantes de personas, que comúnmente asesinan, roban, extorsionan y violan sexualmente a las personas que transitan por aquí. Sin mencionar las inclemencias del tiempo y los peligros naturales a los que se enfrentan.

El primer punto en territorio mexicano al que llegó el grupo que integran mis entrevistados fue Chiapas, donde tenían la intención de regularizar su estancia, pero ante la desesperación, decidieron mejor seguir su viaje hacia el norte. Su siguiente objetivo es llegar a Tijuana, donde ya tienen contactos que les podrán otorgan hospedaje y alimentación por unos días, mientras logran cruzar a Estados Unidos: su destino final deseado.

Por ahora muchos están detenidos en Mazatlán. Tienen alrededor de una semana esperando el apoyo económico de sus familiares para poder seguir su ruta migratoria.

En el momento de la entrevista, hay un cielo nublado, lo que trae su preocupación de una posible lluvia. ¿Qué haremos con los niños? Me preguntan preocupados.

Después de tan largo viaje, me gusta pensar que llegarán a su destino final, y sobre todo, que llegarán con bien.

Es cuanto....

Posdata

Si está en sus posibilidades llevarles algo de comida, agua o pañales, ellos se los agradecerán profundamente.