Música concertante

Rodolfo Díaz Fonseca
18 febrero 2022

Concierto es una voz que en sus orígenes significaba unir para competir, pero poco a poco se deslizó semánticamente para expresar el acordar una cita, convenir en una tarea o llegar a un acuerdo. Musicalmente, es una interpretación ofrecida entre unos o dos instrumentos solistas y la orquesta, que conjugan armónicamente sus sonidos y alientos.

La sinfonía concertante es una forma musical en la que se mezclan los géneros sinfonía y concierto. Es, con toda propiedad, un concierto porque tiene solistas, pero también es una sinfonía porque no pone al solista como centro de la atención. Es cierto que el solista tiene su participación, pero no al margen ni dominando a la orquesta.

El tercer evento de la primera temporada Música de Cámara OSSLA para todos, que se ofreció ayer en el Masin, permitió escuchar primeramente música compuesta por Francois Devienne, quien contribuyó al desarrollo de la sinfonía concertante. Se interpretó el Duetto número 5 para fagot y violonchelo en Fa mayor, que contiene un allegro y un rondeau.

A continuación, se interpretaron dos obras de Gaspar Cassadó, quien fue alumno de Pau Casals y Maurice Ravel: Fuga en el estilo G.F. Haendel y Suite para violonchelo solo. Esta última pieza está compuesta por un preludio fantasía, seguido de una sardana (danza tradicional de Cataluña) y de un intermezzo y danza final.

La última obra que se ejecutó fue Fantasía de La Traviata para clarinete y piano, de Donato Lovreglio, quien fue un flautista y compositor italiano, originario de Bari. La obra es romántica y exquisita, pues nos recuerda algunas arias célebres de esta famosa ópera verdiana. Son fácilmente reconocibles: Un di, felice, etérea; Ah, forse é lui; Libiamo ne’lieti calici (brindis) y Sempre libera.

¿Promuevo convenios y acuerdos? ¿Unos los distintos elementos? ¿Concierto o desconcierto?