Nostalgias de mi adolescencia (2)
https://kioscodelahistoria.mx/nuestra-generacion-de-oro/
Aportación de Eduardo “Lalo” Ordóñez
“El té negro era Lipton; los refrescos, Coca Cola, Pepsi Cola, Orange Crush, Squirt, Delaware Punch. Los nacionales, Peñafiel, Garcicrespo, Jarritos, Pascual, Lulú, Titán y Chaparritas el Naranjo (que no tienen comparación).
Las discotecas de moda eran el Champagne a Go Go, Los Globos, el Terraza Casino, el Cero Cero en el Camino Real, el Señorial y en Ciudad Satélite, El Castillo del Yorsi. Los espectáculos más taquilleros se presentaban en El Patio (ahí debutaron José José, Raphael, etc.).
Las pastelerías de moda eran El Globo, la pastelería Suiza y Bondy; las panaderías, Elizondo y La Veiga; el súper se hacía en Aurrerá, Comercial Mexicana, Gigante, Cemerca o Sumesa. Esta última tienda era el ancla del Centro Satélite, antecedente de Plaza Satélite, el primer mall de la zona metropolitana de la Ciudad de México y qué decir de Plaza Universidad.
Las medicinas se compraban en la Farmacia de Dios.
Las gasolinas eran, al igual que hoy, de Pemex, pero las marcas eran Mexolina, de 70 octanos; Super Mexolina, de 80, Gasolmex, de 90, y Pemex 100. Todas contenían plomo.
Los discos se compraban en Discolandia y Mercado de Discos y desde 1970 en Hip 70. Las marcas que dominaban el mercado eran Orfeón, Dimsa, Musart y Capitol. José José iniciaba su carrera luego de triunfar sin ganar el Festival de la Canción Latinoamericana con El Triste. Joan Manuel Serrat, Alberto Cortés, Roberto Carlos y Julio Iglesias empezaban a ganarse un lugar entre el público mexicano, en tanto que el rock en inglés avanzaba en el gusto de los jóvenes capitalinos en las estaciones de moda: Radio Capital, Radio Éxitos y La Pantera. Los adultos preferían 620, “La música que llegó para quedarse”, y Radio Chapultepec. Los cultos, XELA, “Buena música en México”.
¿Recuerdan haber oído alguna radionovela?, algunas fueron: Kalimán, Porfirio Cadena (El Ojo de Vidrio), Chucho El Roto y qué decir de la simpatía de los programas de Tres Patines, que a la fecha se siguen transmitiendo.
En la XEQK se podía escuchar La Hora cada minuto, así como anuncios de Cuervo, Haste, el Hipódromo de las Américas, el mecánico Marcos Carrasco y Chocolates Turín, entre otros.
Editar cómics era un gran negocio que se repartían Editorial Novaro, que producía títulos como Superman, Batman, Fantomas, historietas de Walt Disney, Lorenzo y Pepita, La pequeña Lulú y Archie, por mencionar algunos; EDAR, con Lágrimas, Risas y Amor, La Doctora Corazón y Memín Pinguín; La Prensa, que editaba Los Cuatro Fantásticos. Novedades Editores, que tenía Chanoc y Los supersabios. Otros éxitos de la época eran La familia Burrón, publicado por la cadena García Valseca; Kalimán (en la versión cómic de la serie de radio), Rolando el Rabioso, Alma Grande, Los Supermachos, después Los Agachados, Tradiciones y Leyendas de la Colonia, y Hermelinda Linda.
Los niños no solo jugábamos en los parques, plazas y jardines, jugábamos en las calles, solo por mencionar algunos de los juegos preferidos: futbol de «coladeritas x portería», carreterita, canicas, tacón, balero, trompo, yoyo, Taca-Taca, bote pateado, bolillo, avión, coleadas, burro castigado, resorte, escondidillas y qué decir de los afortunados poseedores de una bicicleta o un carro Avalancha y aquellos que poseían un par de patines Gala para utilizarlos en las banquetas y cerradas, o con patines rentados en las pistas de hielo Revolución, Insurgentes y Mariano Escobedo. Los que se podían costear iban al boliche en Bol Polanco, Bol Silverio, Bol Narvarte o el Bol Las Torres, a un costado de las Torres de Satélite. Los establecimientos con futbolitos o con las primeras máquinas electrónicas de monedas.
Las máquinas de escribir eran Olivetti y Remington; las de coser, Singer (era famoso el comercial: ‘Este 10 de mayo, ¡Singer a su madre!’); las ollas exprés, Ecko o Vasconia; los cubiertos, Oneida. Las aspiradoras, Electrolux o Koblenz; las estufas y los refrigeradores IEM o Mabe”.