Notas de un periodismo incomprendido
Las batallas que peleó Rolando Carvajal

Alejandro Sicairos
09 septiembre 2021

Para entender el dificultoso tramo que le falta recorrer al trabajo periodístico en el propósito de ser tratado y asumido con la alta importancia que tiene, debe conocerse la historia del fotógrafo de prensa Rolando Carvajal Arredondo, quien falleció el 1 de septiembre librando tres batallas al mismo tiempo: una contra el cáncer que lo invadió con inclemente prisa, otra por obtener medios dignos de subsistencia para él y su familia, y la tercera, igual de despiadada y estresante, buscando justicia laboral después de que el Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, lo despidió en septiembre de 2019.

Tal vez al fotoperiodista le habría incomodado que se conozcan aquí aquellas luchas que con ejemplar resistencia mantuvo sin pretensiones de plantearse como víctima, llevando por la vía jurídica el tema relativo a la rescisión laboral asestada por el Gobierno de Culiacán. La función reporteril, se nos repite una y otra vez en las redacciones de los medios de comunicación, es para servir a la sociedad sin caer en la tentación de ser nosotros mismos la noticia o los beneficiarios de manejos informativos.

Rolando Carvajal fue el permanente cazador de imágenes noticiosas en las áreas en que se desempeñó y en su vida familiar le echó todas las ganas a fundar un hogar estable. Todo el tesón lo dedicó al periodismo como piedra angular del proyecto de ofrecerles buenos porvenires a su esposa Miriam Socorro y su pequeño hijo de 4 años de edad, Yahir Rolando, el sueño compartido por un gremio que mientras más tarda en concretarse más lejano se ve. ¿Cómo una actividad catalogada como defensoría social no ha podido obtener para sí las garantías indispensables que la protejan en todos los sentidos?

Por allá en octubre de 2020, Rolando notificó a las personas cercanas a él que pasaba por un momento difícil de salud y que aquellos malestares con los que cargaba al desempeñar el fotoperiodismo ya habían desencadenado un diagnóstico grave. Estudios médicos de colonoscopía y panendoscopía confirmaron que a los 40 años la vida se le escapaba cobrándole la factura de tensiones, ayunos y todas las limitaciones que acompañan a la labor periodística.

Mala jugada del destino, la noticia sobre su precaria salud lo encontró en el momento en que entablaba una demanda penal con la exigencia de reinstalación, contra el Ayuntamiento de Culiacán. En septiembre de 2019 se le notificó la rescisión laboral, coincidentemente unas semanas después de que asistió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, acompañando al dirigente de la Asociación de Periodistas de Sinaloa, Juan Manuel Partida, a interponer una queja contra Estrada Ferreiro por ataques a la libertad de expresión.

La negociación, que para el afectado tenía la vía de la conciliación en primera instancia, llegó a un nivel cercano al acuerdo. En los días previos al lamentable deceso, veía latente el convenio de reinstalación y el pago de salarios caídos y horas extras laboradas tal como lo solicitó en la querella original. Rolando no pudo llegar al final del procedimiento jurídico en el cual asomaba la solución consensuada entre las partes.

Pero el Alcalde Estrada Ferreiro sí está en condiciones de ayudar a que este asunto adquiera un desenlace de justicia, dándole atención a la misma salida conveniente que rondó en la preocupación de los últimos días del fotoperiodista, aunque la reinstalación queda descartada. Aparte de las de su esposa e hijo, dejó otras necesidades económicas por atender en el círculo familiar y dependerá de la decisión jurídica-administrativa que autorice el Presidente Municipal para que la memoria de Rolando Carvajal sea reivindicada con base a los servicios que le prestó a la Comuna y así quede evidenciada la sensibilidad del gobernante frente a la dolorosa circunstancia de un ciudadano y de una familia. Más allá del servidor público, es el ser humano el que debe salir a relucir.

En lo general este caso es un llamado a dignificar y tener empatía con el trabajo de los periodistas, lo desempeñen en el área o ámbito que sea. Carentes de condiciones que den certidumbre a una actividad de alto riesgo y con afectaciones psicosomáticas y laborales que dañan la salud, se requiere de acciones que protejan y justiprecien a aquellos que sacrifican bastante en lo personal y familiar con tal de concentrarse en visualizar los requerimientos básicos para la adecuada y legítima coexistencia social.

Y como sociedad debiéramos mostrar interés en conocer a fondo cómo el periodista sinaloense destaca dentro y fuera de México por el alto sentido de solidaridad con los sectores vulnerables. Sin interferir la fragilidad de este gremio, siempre hay disposición de darles cada vez más voz a los que son abandonados por políticas públicas donde los verbos preferidos a conjugar son simular, olvidar y traicionar. Es que detrás de la responsabilidad social del periodismo hay realidades de la cuales la gente tendría que estar al tanto.

En la soledad el periodista,

Libra sus íntimas luchas.

Y más le vale que las resista,

Porque guerras tendrá muchas.

Desde que en 1980 entré como aprendiz de reportero a la sala de redacción de un periódico, la aspiración de muchos colegas sinaloenses ha sido la de formar parte del equipo de comunicadores que en las versiones impresa y digital del diario Noroeste encuentra las condiciones idóneas de desarrollo profesional a las que aspira cualquier obrero de la información. En el 48 aniversario de esta casa editorial ofrezco mi testimonio de que la libertad de opinar sigue intacta y continúa viva también aquella aspiración fundacional por el periodismo independiente que a Sinaloa le es como el viento al velero. Felicito a quienes han sido o son parte de esta tradición de libertad.