Obligados al perdón

Rodolfo Díaz Fonseca
20 febrero 2018

""

rfonseca@noroeste.com

@rodolfodiazf

 

 

El título de esta columna puede parecer exagerado. Algunas personas pensarán que no se puede obligar a nadie a otorgar el perdón a quien le ha hecho mal. Sin embargo, si queremos crecer, desarrollarnos y sentirnos liberados necesitamos perdonar. Sólo quien perdona se libera, de lo contrario continuará encarcelado y flagelándose con el escozor del resentimiento.

 

El Padre Lawrence Jenco, quien permaneció 564 días prisionero en Beirut después de ser secuestrado por un grupo extremista Islámico el 8 de enero de 1985, narró esta experiencia en su libro “Obligado al perdón”.

 

Hacia el final de mi cautiverio uno de mis guardias, un hombre llamado Sayeed, se sentó conmigo en mi tapete. Recientemente me había empezado a llamar ‘Abouna’, que es un nombre arábico que significa “estimado padre”… Él me preguntó si yo me acordaba de los primeros seis meses de mi cautiverio. Yo le respondí ‘Sí, Sayeed. Yo me acuerdo de todo el dolor y sufrimiento que tú me causaste a mí y a mis hermanos’. Luego me preguntó: ‘Abouna, ¿me puedes perdonar?’. Mientras estaba sentado con los ojos vendados, sin poder ver al hombre que había sido mi enemigo, yo entendí que fui llamado a perdonar, a dejar ir las venganzas, las represalias, y los actos vengativos.

 

Y fui desafiado a perdonarlo incondicionalmente. Yo no lo podía perdonar con la condición que él cambiara su comportamiento para conformar mis deseos y valores... Yo le dije: ‘Sayeed, hubo un tiempo en que te odié. Yo estaba lleno de coraje y venganza por lo que me habías hecho a mí y a mis hermanos. Pero Jesús dijo en la cima de una montaña que no te podía odiar. Yo tenía que amarte. Sayeed, yo necesito pedirle a Dios y a ti perdón”.

 

¿Me obligo a perdonar?