Pedagogía del examen
25 octubre 2016
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La palabra examen significa aguja o fiel de una balanza. En materia educativa se utiliza para pesar o medir los conocimientos que posee un alumno.
Sin embargo, más que pesar el aprovechamiento, el examen se ha convertido en una pesada y estresante carga. “La pedagogía del examen ha creado más problemas en la educación que los que ha resuelto... Todo mundo sabe que el examen es el instrumento para reconocer administrativamente un conocimiento, pero igualmente se sabe que el examen no demuestra con exactitud el grado de conocimiento de un sujeto”, dijo Ángel Díaz Barriga.
“La calificación escolar es un acto que se materializa en el Siglo 19. De hecho, pervirtió las relaciones pedagógicas al centrar el resultado de un curso, y por tanto su valoración, sólo en función del examen. Por ello se puede afirmar que la asignación de notas no responde a un problema educativo ni está forzosamente ligada al aprendizaje. Su tarea está más cercana al poder y al control”.
Díaz Barriga afirmó que hasta la Edad Media no existía un sistema de exámenes ligado a la práctica educativa. La asignación de notas o calificaciones es una herencia del Siglo 19 a la pedagogía.
“La historia de la educación nos enseña que la rigurosidad conduce al fraude (explícito o implícito). Necesitamos recuperar el aula como espacio de reflexión, debate y conformación de pensamientos originales”, precisó.
El experto en materia educativa mencionó que el examen no es determinante para conseguir un trabajo. “Tampoco la contratación del egresado depende de sus calificaciones, puesto que, tal como lo han demostrado diversas teorías económicas (mercados segmentos, conflictos por el estatus, correspondencia), la obtención de un puesto laboral obedece a factores totalmente independientes del proceso escolar”.
¿Exagero la función del examen? ¿Sobrevaloro el papel de las calificaciones?
@rodolfodiazf