Por lo que se ve...

Guillermo Osuna Hi
07 abril 2024

El puerto mazatleco en el año que corre, cerrará con éxito la temporada vacacional de primavera, teniendo como cereza del pastel, el valor agregado del eclipse solar que ha atraído un flujo turístico al que se puede calificar de inédito, ya que llegará gente de distintas nacionalidades, las que en su mayoría, gracias al fenómeno astronómico, se han enterado de nuestra existencia dentro de mapa turístico, algo que no han logrado las campañas publicitarias, las que por cierto, cada vez son menos intensas, por la falta de interés de las autoridades estatales por la actividad turística, las que por cierto y por lo visto, creen que los flujos turísticos se dan y se pueden sostener por inercia, rasgo que denota ignorancia total del negocio turístico por parte de los responsables gubernamentales de la misma.

Es innegable el repunte turístico que ha tenido el puerto a partir de la puesta en marcha del eje carretero de cuota Mazatlán-Durango, circunstancia que nos sacó del marasmo en el que nos metió una terrible ola de violencia, que además de robarnos la paz social, ahuyentó los flujos del turismo norteamericano y canadiense, mismos que no se han podido recuperar; ausencia que fue llenada por el turismo nacional masivo, del que muchas veces, renegamos y al cual, le vendimos como atractivo, el desorden en el que vive la ciudad, mismo que se ha incrementado a la par del éxito que como destino turístico ha conseguido; estamos viviendo una etapa de desgobierno, no de ahora, sino desde hace varios años, que nos está conduciendo al caos, y con ello, al final de la racha exitosa.

En el aliento de este desbarajuste, participan dolosamente los tres niveles de gobierno en las áreas que les corresponde. El uso y explotación de las playas se da a contentillo de quienes las invaden para tales fines, el gobierno estatal ha dejado de ejercer la vigilancia y supervisión de los negocios que para operar ocupan licencia estatal y en el orden municipal, nadan en las aguas de la omisión, es por ello, por ejemplo, que la contaminación auditiva ha alcanzado niveles de locura.

Sepan ustedes, que existe un cuerpo normativo y reglamentario que lleva por título Bando de Policía y Buen Gobierno Municipal, que por lo que se ve, desconocen de su existencia los que dicen ejercer el gobierno local.

En dicho instrumento jurídico, por ejemplo, en su artículo 37, fracción I, se establece que, entre los fines del gobierno municipal, está el cuidar el orden, la seguridad y la salud pública. Obligación que no cumplen los que juramentaron hacer cumplir la ley, ya que, en el caso del descontrolado ruido, se convierte en factor que atenta contra la salud de la ciudadanía.

Otra más. El artículo 138, señala, entre otras cosas, que... “El servicio de policía preventiva consiste en prevenir la comisión de los delitos y procurar la tranquilidad y el orden público...” Obligación que mantiene sin cuidado a tránsitos y policías municipales, que ven normal ver rodar a vehículos emitiendo sonidos de estridencia demencial, o bien, festejos privados en los que la música suena hasta entrada la mañana, cuyos actores, también bailan sobre el numeral 164 que prevé que se atenta contra la seguridad y tranquilidad de las personas, el instalar aparatos musicales que emitan sonidos que molesten a los vecinos y que rompan la tranquilidad de los que trabajan o reposan.

Por lo que se ve, letra normativa para regular la emisión de ruido atentatorio contra la salud y la tranquilidad ciudadana, existe; lo que falta, son autoridades con yema y clara para hacerlas valer. ¡Buenos días!

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osunahi@hotmail.com