¿Por qué lloramos con las emociones?

Alberto Kousuke De la Herrán Arita
11 agosto 2024

Un saludo a don Arturo Santamaría, quien escribió en su columna sobre Novak Djokovic y las lágrimas de alegría.

El llanto es un fenómeno único y distintivo en los humanos que ha fascinado a científicos y filósofos durante siglos. Aunque otras especies pueden derramar lágrimas por razones fisiológicas, los humanos son los únicos que lloran en respuesta a estímulos emocionales.

El llanto humano se puede clasificar en tres categorías principales: basal, reflejo y emocional. El llanto basal es el proceso continuo de producción de lágrimas que mantiene los ojos lubricados y protegidos. El llanto reflejo ocurre como respuesta a irritantes externos, como el humo o el polvo, para proteger el ojo. El llanto emocional, el enfoque principal de este ensayo, se desencadena por emociones intensas, tanto positivas como negativas.

El llanto emocional se origina en el sistema límbico, una región del cerebro asociada con las emociones y la memoria. Específicamente, la amígdala, el hipotálamo y el sistema parasimpático juegan roles cruciales. Cuando una persona experimenta una emoción intensa, la amígdala evalúa la situación y, si la emoción es lo suficientemente fuerte, envía señales al hipotálamo, que activa el sistema nervioso parasimpático. Este sistema es responsable de las respuestas “de descanso y digestión”, y también controla la producción de lágrimas a través de la estimulación de las glándulas lagrimales.

La composición de las lágrimas emocionales difiere de las lágrimas basales y reflejas. Las lágrimas emocionales contienen más proteínas y hormonas, como la prolactina y la adrenocorticotropina (ACTH), relacionadas con el estrés. Esto sugiere que el llanto emocional podría desempeñar un papel en la regulación del estrés y las emociones intensas, al ayudar a equilibrar la química del cuerpo.

Desde una perspectiva evolutiva, el llanto emocional puede haber surgido como una forma de comunicación no verbal. En situaciones de vulnerabilidad o necesidad, las lágrimas podrían haber servido como una señal de angustia para otros miembros del grupo, fomentando la cohesión social y la cooperación. La teoría del apego sugiere que el llanto es una manera en que los bebés humanos aseguran la atención y protección de sus cuidadores, un rasgo que podría haberse retenido y adaptado en los adultos.

Otra teoría propuesta es que el llanto emocional podría haber evolucionado como una forma de mostrar sumisión o rendición en situaciones de conflicto, lo que ayudaría a evitar la violencia y promover la resolución de conflictos.

El llanto emocional también tiene importantes funciones psicológicas y sociales. Psicológicamente, el acto de llorar puede servir como una catarsis, permitiendo a las personas liberar emociones reprimidas y reducir la tensión emocional. Este proceso puede tener un efecto calmante, ayudando a restaurar la homeostasis emocional después de un episodio de estrés.

Socialmente, el llanto puede generar empatía y apoyo por parte de los demás. Las lágrimas actúan como una señal de vulnerabilidad, lo que puede motivar a los observadores a ofrecer consuelo y asistencia. En este sentido, el llanto fortalece los lazos sociales y fomenta la conexión emocional entre las personas.

El llanto emocional en los humanos es un fenómeno complejo que involucra factores biológicos, evolutivos, psicológicos y sociales. Aunque se necesitan más investigaciones para comprender completamente por qué lloramos, es evidente que este comportamiento tiene múltiples funciones que van más allá de la simple expresión de emociones. El llanto no solo nos ayuda a comunicar nuestras emociones a los demás, sino que también desempeña un papel crucial en la regulación de nuestro bienestar emocional. Este comportamiento profundamente humano es una de las muchas formas en que las emociones moldean nuestra experiencia y nos conectan con los demás.

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alberto.kousuke@uas.edu.mx