¿Por qué sigo saliendo positivo para SARS-CoV-2(COVID-19)?

Alberto Kousuke De la Herrán Arita
22 agosto 2021

El SARS-CoV-2 es un virus clase IV de la Clasificación de Baltimore, es decir, un virus ARN monocatenario en sentido positivo.

Al ingresar a la célula, los virus ARN manipulan a los ribosomas de la célula infectada para producir nuevas proteínas virales y posteriormente se replican (producción de más material genético) gracias a una enzima llamada ARN polimerasa ARN-dependiente. De esta manera, la célula infectada se convierte en una fábrica de nuevos virus.

Dentro de los virus ARN, los coronavirus poseen el genoma más grande (27-32 kilobases de largo). Asimismo, esta familia de virus es capaz de recombinarse con otros virus cuando se encuentran en la misma célula.

La recombinación genética es el intercambio de material genético entre dos organismos distintos, dando como resultado un organismo distinto al de los organismos iniciales. Esto sucede tanto entre individuos de la misma especie (como los seres humanos, así se forman los bebés), como en los virus.

Asimismo, esto también puede suceder entre humanos y virus. De hecho, los humanos poseemos secuencias de ADN conocidas como elementos LINE-1 los cuales son remanentes de infecciones retrovirales antiguas (que acontecieron durante nuestra evolución) y comprenden el 17 por ciento del genoma del humano moderno.

Algunas de las personas que se recuperan de Covid-19 resultan positivas para el SARS-CoV-2 a pesar de haberlo padecido meses atrás, lo que sugeriría que el sistema inmune de estos pacientes no pudo defenderlos de un segundo ataque de coronavirus o que es incapaz de eliminarlo adecuadamente.

Un nuevo estudio sugiere una explicación diferente, en donde el virus se “esconde” en un lugar inesperado. Investigadores del MIT y Harvard sugieren que el virus pandémico emula al VIH y otros retrovirus integrándose al código genético del huésped. Específicamente, unas partes del material genético del virus se integran en los cromosomas de los infectados (https://doi.org/10.1101/2020.12.12.422516).

Este fenómeno podría tener implicaciones en el diagnóstico de pacientes infectados por coronavirus, dando como resultado falsos positivos de una infección activa.

Todos los virus insertan su material genético (ADN o ARN) en las células que infectan, pero usualmente este se mantiene separado del ADN de la célula infectada.

Para determinar si el genoma ARN del SARS-CoV-2 pudiera integrarse al ADN de los cromosomas humanos, los investigadores añadieron la enzima transcriptasa reversa (una enzima que convierte ARN en ADN) a células humanas infectadas con SARS-CoV-2. Para sorpresa de los científicos, el RNA del coronavirus fue capaz de convertirse en ADN e integrarse a los cromosomas humanos.

En los pacientes infectados por coronavirus pudiera suceder lo mismo. El ARN viral es convertido a DNA gracias a los genes LINE-1 (remanentes virales presentes en nuestro genoma) y posteriormente integrado al genoma humano.

A pesar de que esto no se ha corroborado en pacientes, los hallazgos de estos investigadores nos llevan a realizarnos aún más preguntas sobre este enigmático virus, los efectos que tiene sobre el cuerpo humano, y las repercusiones a corto, mediano, y largo plazo que ocasiona en el mismo.

Si algo es seguro, es que todavía desconocemos bastante sobre el coronavirus pandémico y los estragos que ocasionará. Por tales motivos, no debemos tomar tan a la ligera esta pandemia aunque ya estemos hartos y la vacuna se encuentre disponible. El SARS-CoV-2 no solo puede cobrar tu vida o la de un ser querido, también puede dejarte con secuelas respiratorias, nerviosas, renales, sexuales, etc.