Prodigioso

Lorenzo Q. Terán
04 mayo 2022

En este prodigioso país existe una oposición política aldeana y, por lo mismo, ultra reaccionaria. Frente a las expectativas de desarrollo muestra un tremendo desfase con los tiempos que corren. Cuando, en el mundo, los pueblos privilegian la democracia como forma de gobierno y la discusión gira en torno a ampliar las libertades en el concepto pleno del término, acá seguimos con una oposición obtusa y arcaica de las más rezagadas del Continente.

El mayor obstáculo para el establecimiento de la democracia en este país es la cerrazón política de los partidos conservadores, unidos en alianza contra el desarrollo democrático de México, esa es la realidad política que prevalece, no le demos vueltas al asunto. Confiamos que en la elección del 2024 se alcance la mayoría en la Cámara de Diputados, por parte del partido gobernante, para que se lleven a cabo los cambios urgentes a la Constitución de la República y, por esa vía, modernizar la vida de la Nación; y, de pasada, poner en su lugar a las fuerzas retrógradas, que vienen retrasando el desarrollo del país en muchos aspectos.

El pueblo está consciente de la necesidad de transformación de México, para que alcance el estatus como uno de los países más importantes en el concierto de las naciones. Se cuenta con un potencial de recursos naturales y humanos que son envidia de otros países. Lo que le faltaba a México era buenos gobiernos, que no robaran ni mintieran, para encauzarnos por este camino de desarrollo y bienestar para todos. Ese camino se construye en el actual sexenio, se vienen sentando las bases para ese salto cualitativo, todo depende de que los ciudadanos no bajen la guardia y que en la elección del 24 ratifiquen la línea del actual gobierno, para continuar la frontal lucha contra la corrupción y la impunidad sin tregua.

Hay plena conciencia en la ciudadanía de continuar el camino iniciado con el cambio democrático. La estrategia del actual régimen político da certeza al futuro de la patria, por lo que podemos afirmar que su continuidad está asegurada, pese a los pataleos de la Oposición, que ha demostrado hasta la saciedad que no tiene un programa de gobierno cercano a la gente; todo lo contrario, los partidos opositores tienen una concepción arcaica por completo de los problemas torales del país, y son repelentes a atender los problemas sociales, los cuales desdeñan de forma tajante.

Por eso afirmamos que las expectativas en los triunfos electorales de la oposición son nulos, tomando en cuenta su comportamiento insistente siempre en restaurar el régimen de corrupción y pillaje sin límite y poniéndose del lado de los intereses extranjeros, obsequiándoles las riquezas nacionales en bandeja de plata y de manera incondicional. Los ejemplos sobran y están grabados en la mente de los ciudadanos, sin necesidad de señalarlos, razón por la cual la Oposición no tiene futuro político. Esa realidad se va a corroborar en las elecciones que van a tener lugar próximamente.

La Oposición en México está defenestrada, regresar al pasado es una soberana utopía, el pueblo tiene memoria y no perdona a sus opresores: fueron 36 años de oprobio, de gobiernos que se dedicaron a dilapidar el patrimonio nacional. En la mente de la ciudadanía esto no se borra fácilmente, y los ciudadanos tienen la firme intención de cobrarse el agravio.

Eran de magnitud tan escandalosa las trapacerías cometidas contra los intereses populares, que no se olvidan, habrán de pasar generaciones enteras para atenuar su repulsa. Los ciudadanos fueron vilipendiados de distintas formas en sus más recónditos intereses, económicos, culturales y sociales; fueron gobiernos de ignominia por donde se les analice, ese nefasto periodo de gobierno es el más corrupto de la historia nacional, no se puede calificar de otra manera.

La sociedad nacional es una de las más politizadas del mundo, lo que garantiza que el país marche inhiesto, sin contratiempos, con el fin de consolidar la felicidad de sus habitantes. El pueblo de México, por sus gloriosas epopeyas, merece una vida de prosperidad plena.