¿Qué cultura?
La Presidenta Sheinbaum estableció que su programa cultural sería parte de la estrategia de atención a las causas de la violencia que azota al País y particularmente a las juventudes. Es por ello que pondría especial énfasis en una “cultura para la paz, la convivencia y la espiritualidad”. Los sectores sociales que privilegiaría serían las mujeres, las comunidades indígenas y las juventudes.
Suponemos que en los estados y municipios del País gobernados por la 4T, los cuales son amplia mayoría, tratarán de seguir los lineamientos culturales pautados en Palacio Nacional. Por lo menos en Mazatlán parece que eso es lo que pretende la Alcaldesa Estrella Palacios. Y, también aparentemente, esta fue la razón por la que le pidieron la renuncia a Raúl Rico, el experimentado director del Instituto de Cultura del municipio a lo largo de varios trienios y colores políticos, y todo un personaje en la vida del puerto.
Antes, el 9 de mayo pasado, en el fraccionamiento Santa Fe, distante a más de una hora del Centro de la Ciudad y en el que habitan sectores sociales de bajos ingresos, Estrella Palacios , al lado de Raúl Rico, lanzó el programa “Cultura en Movimiento”, el cual anunciaba que la meta era llevar 900 funciones culturales a las colonias populares de la Mazatlán y a comunidades rurales del municipio a lo largo de los dos años y medio que le quedaban de su trienio a la munícipe. Dijo ese día la Presidenta Municipal:
“Queremos que nuestras tradiciones, nuestras expresiones artísticas y nuestra identidad lleguen a cada rincón del municipio: desde la Plazuela Machado hasta cada sindicatura. Nuestro Plan Municipal de Desarrollo lo dice claramente: el cuarto eje de nuestro gobierno es un ‘Mazatlán Cultural y Humanista’, porque el alma de Mazatlán es su gente, su cultura, sus tradiciones y sus valores”. Y ante estudiantes y maestros enfatizó “la necesidad de hacer de la cultura un elemento cotidiano y accesible para todos, pues la cultura sigue en nuestros teatros, plazas y museos, pero también que llegue a cada colonia y sindicatura”.
Ese anuncio parecía indicar que el Director del Instituto de Cultura de Mazatlán ponía en marcha un amplio programa cultural que llevaría 900 funciones a los grupos sociales menos favorecidos del municipio, de acuerdo con las directrices del Plan Municipal de Desarrollo que establece un “Mazatlán Cultural y Humanista”. Pero algo pasó porque poco menos de medio año después se le pidió la renuncia al director cultural. El pasado martes 21 de octubre, la Alcaldesa Palacios Domínguez dijo que a Raúl Rico se le había “terminado su ciclo” y que por eso salía del instituto.
Cuando Raúl Rico regresó al Instituto de Cultura con el arribo de Édgar González como Presidente Municipal sustituto de “El Químico” Benítez, muchos pensamos que era la mejor decisión que se podía haber tomado para enderezar el desastre que había en la Dirección de Cultura, a pesar de que el perfil ideológico de Rico estaba muy distante de Morena. Y, al llegar Estrella Palacios, seguramente se llegó a la misma conclusión de que Raúl Rico seguramente no simpatizaba con la 4T pero era un funcionario muy capaz, y ante la importancia que tiene el Carnaval, unas de las tareas que tiene el Instituto de Cultura, y el enorme peso de las actividades artísticas y educativas en la vida de la ciudad y en la atracción del turismo, había que mantenerlo.
El nuevo director del Instituto de Cultura del Municipio de Mazatlán es Óscar García, otro conocido personaje del puerto y ampliamente conocido por su larga trayectoria en el Tec de Monterrey y en Tec Milenio, y como coach de psicología positiva. Sin duda que García tiene una amplia experiencia educativa y es un hombre muy inteligente, pero lo mismo que se le decía a Raúl Rico, de estar ideológicamente lejano de Morena, se puede decir del nuevo director, con la desventaja de no tener la inmensa experiencia que tiene Rico en la promoción y organización cultural en el municipio.
Óscar García ha dicho que impulsará las actividades culturales en las zonas populares del municipio, suponemos que siguiendo el programa “Cultura en Movimiento” que propuso Raúl Rico o, si no, tendrá que crear otro al vapor.
Está muy bien que se lleven 900 actividades artísticas y culturales a las zonas menos favorecidos del municipio (una por día durante tres años), pero, en realidad, lo que se necesita para fomentar una “cultura de paz, convivencia y espiritualidad” es mucho más que eso, y, sobre todo, demanda un equipo plenamente identificado con los postulados ideológicos y culturales de Morena, pero eso no se ve por ningún lado.
Y, aún más, se necesita un presupuesto que no tienen las arcas del municipio. Crear escuelas de arte y cultura que fomenten y enraícen una filosofía de paz y que regenere el tejido social de las zonas dañadas de Mazatlán, demanda un poderoso compromiso social e ideológico, un equipo muy comprometido con las causas populares y, a la vez, mucho dinero que no se puede inventar de la nada.
Este sábado, familiares y amigos de víctimas desaparecidas convocan a “Marchar Juntos” para exigir el regreso de sus seres amados. Y gritan: “Una comunidad que no grita ante la injusticia, el mal y el crimen está condenada”. Piden llevar vestimenta blanca y velas. La cita es en Insurgentes y Avenida del Mar a las 11:00 de la mañana.