Reencontrar la Navidad

Carlos A. Dumois
24 diciembre 2021

La oportunidad es única para redescubrir lo más esencial de nuestra vida.

Estos últimos meses se han convertido en momento de reencuentro para muchos, con familiares, colegas, amigos, colaboradores y más.

Muchas reuniones, que por largo tiempo estuvimos haciendo virtuales, ahora han vuelto a ser presenciales. Volvemos a sentir todo lo que nos estábamos perdiendo. Pero también detectamos las posibilidades de los sistemas de trabajo híbridos.

Algunas organizaciones que se han volcado hacia lo virtual, mandando a sus colaboradores a trabajar desde casa, han descubierto que lograr la cohesión de los equipos de trabajo y la integración a la empresa es mucho más complicado así.

Incluso después de intentarlo, ahora pretenden que sus colaboradores regresen a la oficina, pero estos ya se han mudado y entonces el lugar de trabajo les queda muy lejos, a algunos incluso a horas de vuelo.

Otras compañías regresaron completamente a la oficina perdiendo a muchos trabajadores y deteriorando su productividad. Después de tantos meses ellos valoran la cercanía con la familia, por un lado, y por otro se dan cuenta que muchas actividades funcionan más eficientemente en línea.

Es claro que la solución para muchas empresas serán esquemas híbridos, pero el modelo que le funcione a cada organización está por desarrollarse y validarse. Ninguno se acomodará igual para todos.

La verdad es que la nueva normalidad se sigue explorando y todo esto invita a rediseñar nuestra forma de trabajar, de tomar decisiones, de relacionarnos y de vivir. Esta pandemia ha venido a crear un revolcón en nuestros hábitos y maneras de hacer negocio, de integrar familia, y de desarrollar personas.

Yo espero que todo esto nos sirva para crecer interiormente y para mejorar cómo nos relacionamos con los demás. Los momentos que estamos juntos con nuestra familia, con nuestros colaboradores y con nuestros clientes deben ser más relevantes, deben dejar más huella, deben permitirnos convivir más intensamente.

Ahora nos toca aprender a aprovechar cada contacto con mayor seriedad. No hay espacio para la ligereza y la impreparación. Cada vez que nos veamos ha de convertirse en espacio de intercambio más profundo. Entendamos lo que esto significa para cada momento.

Los ocasiones con los clientes tendrán que ser de mayor alcance y avance, de escucha más activa, de comunicación profunda más que de intercambio de información.

Las reuniones con los colegas y colaboradores habrán de ser cada vez de mayor riqueza, con más altos niveles de calidad de diálogo, con aprendizaje conjunto de gran valor.

Los momentos más relevantes serán con nuestra familia. Con ellos no podemos hacer reuniones efímeras ni huidizas. No podemos desaprovechar cada espacio para llegar al fondo: expresar, compartir, responder con todo. Cada comida, traslado, llamada, mensaje necesitamos dotarlo de esa profundidad. Entrega cabal es lo que hará falta en todos estos momentos.

En estos días se presenta un momento maravilloso para intensificar esta calidad de relación con nuestros amigos y familiares. La Navidad tiene que ser un momento extraordinario cada vez que la festejamos. No es la fiesta ni los regalos lo que ha de ser fantástico, es la posición personal ante cada uno de ellos.

La Navidad es tiempo de reencuentro... con nosotros mismos, de reflexionar y actualizar quiénes somos y para qué estamos. Es una oportunidad como ninguna otra para redescubrir nuestros propósitos y nuestras áreas de crecimiento personal.

La Navidad es momento de reencuentro... con nuestros equipos de trabajo. Es hora de recargar de energía positiva, optimismo y buenos deseos con quienes trabajamos y pasamos gran parte de nuestra vida.

La Navidad es ocasión de reencuentro... con nuestra familia. Provocar alegrías, hacer nuestro hogar más luminoso, transmitir lo mejor que tenemos y, sobre todo, perdonar y aceptar perdones.

La Navidad es ante todo, reencuentro con el Señor. Él es nuestro Creador. Nos entiende y acepta como nadie. Sabe de nosotros como ninguna otra persona. Nuestra relación con Él da a nuestra vida una proyección de otra dimensión.

Estamos librando la pandemia. Estamos construyendo nuestra nueva normalidad. Falta mucho. La incertidumbre nos envuelve. Pero estoy seguro que podemos reencontrarnos con nosotros mismos, nuestros compañeros, nuestra familia y nuestro Creador.

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Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.

* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.