Saber conversar

Rodolfo Díaz Fonseca
13 junio 2019

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rfonseca@noroeste.com

@rodolfodiazf



La conversación gratificante, profunda y estimulante se ha convertido en un lujo en nuestros días. Lo común hoy es chatear y mantener un gran flujo de comunicación por las redes sociales, pero no se abona demasiado en el terreno de la conversación nutriente y fructífera.

Es cierto que no toda la comunicación se circunscribe al terreno de lo digital y cibernético, no todo son emoticones en lugar de verdaderos sentimientos y emociones.

Incluso, cuando los encuentros son cara a cara predomina la charla casual, periférica e insustancial: dimes y diretes, chismes, programas de televisión, series, películas, moda o cuestiones de farándula, espectáculos y deportes.

Debra Fine, en su libro Saber conversar, señaló que no siempre la charla superficial resulta nociva e intrascendente. Habría problema si las personas se quedaran solamente en esta introducción y no pasaran a lo esencial. Es decir, si se conformaran con el “aperitivo” y no degustaran el “plato principal”.

¿Por qué muchos prefieren quedarse en este primer escalón? Sencillamente porque para generar una “conversación eficaz” se requieren innumerables elementos: conocimiento, preparación, razonamiento, cuidado, atención, respeto, diplomacia, gentileza, paciencia y capacidad de escucha.

Habrá que decir, también, que si se rehúye la conversación eficaz es porque algunas personas no quieren exponer sus pensamientos, sentimientos y convicciones. Temen iniciar una controversia o ser heridas si encuentran refutación o disensión respecto de sus puntos de vista.

En fin, es difícil exponer todas las posibles causalidades que impiden la conversación sustanciosa. Lo cierto es que si no logramos este ideal, sentiremos que a nuestra vida le falta algo. No podemos vivir sin comunicarnos profundamente y conversar amigablemente. Recordemos, como resaltó Antoine de Saint Exupery, que es imprescindible establecer vínculos.

¿Sé conversar? ¿Soy tímido para iniciar una conversación? ¿Recelo de mi poca preparación? ¿Practico solamente charlas superficiales?