Santos de carne y hueso

Rodolfo Díaz Fonseca
25 abril 2018

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En 1954, la Editorial Novaro comenzó a publicar una serie de historietas ilustradas titulada Vidas Ejemplares, en la que se narraban las vidas de los principales santos. La forma de narrarlas ha cambiado con el paso del tiempo. Antiguamente, se exageraba de manera extrema la bondad y prodigios del santo en cuestión, mientras que hoy se prefiere presentarlo de manera histórica y más cercana para propiciar su imitación.
 
En el cuarto capítulo de la Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate, el Papa Francisco especificó algunas notas que pueden identificar la verdadera santidad, ya que hoy se proponen muchas falsas espiritualidades: “la ansiedad nerviosa y violenta que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la tristeza; la acedia cómoda, consumista y egoísta; el individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual”.
 
Entre las primeras notas, el Papa destacó el aguante, paciencia y mansedumbre. Esta resistencia sólo es posible mantenerla gracias a una gran firmeza interior. “Desde esa firmeza interior es posible aguantar, soportar las contrariedades, los vaivenes de la vida, y también las agresiones de los demás, sus infidelidades y defectos: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rm 8,31).
 
Bergoglio subrayó que el mundo en que vivimos es demasiado acelerado, violento y agresivo, de ahí que se requiera una vigorosa solidez interior que muestre con fidelidad la paciencia y constancia con que se debe practicar el bien.
 
“La firmeza interior que es obra de la gracia, nos preserva de dejarnos arrastrar por la violencia que invade la vida social, porque la gracia aplaca la vanidad y hace posible la mansedumbre del corazón”, resaltó.
 
¿Cuál es mi estilo de santidad? ¿Es concreto o etéreo? ¿Lo pongo en práctica? ¿Cultivo la firmeza interior?
 
rfonseca@noroeste.com

 

@rodolfodiazf