Sarcasmos

Guillermo Fárber
11 abril 2021

Puedo demostrar estadísticamente cualquier cosa, salvo la verdad.

A propósito de mi cita sobre los blancos capturados por los otomanos y puestos en esclavitud, Demagog dice: “Con tu artículo recuerdo el relato del inglés Joshua Slocum, que allá por 1895 emprendió una navegación alrededor del mundo, en una pequeña embarcación vieja que él arregló para manejarla él solo. Quiso hacer su recorrido navegando hacia el Oriente, de modo que cruzó el Atlántico hacia Gibraltar. Hizo una escala - no recuerdo dónde fue - en la cual algo que comió lo enfermó gravemente; durante su enfermedad, él relata que un navegante se le apareció y tomó el mando (ese ¿espectro? le dijo a Slocum que era el navegante de Cristóbal Colón, a cuatro siglos de distancia). En todo caso, su nave atravesó el mal tiempo sin desviación alguna. Llegó por fin a Gibraltar, de donde zarpó al Mediterráneo para dirigirse a Suez, pero unos piratas africanos intentaron capturarlo. Él se desvió entonces, hacia el Atlántico, donde lo persiguieron los piratas, pero por suerte, un ventarrón volcó la nave de los piratas. Así pudo Slocum seguir hasta América del Sur para redondear el Cabo de Hornos... Hace unos años, era agradable hacer crucero en el Mediterráneo, por las costas de África del Norte. Terminaron esos buenos tiempos”.

Al respecto dice el Fer: “¿Bañarme o no bañarme? That is the question. Teoría: sé que me quedé calvo porque tengo tendencia a la seborrea. La grasa en mi cuero peludo se metía en cada folículo y le quitaba fijación. Sentía el pelo grasoso. Remedio: el champú. Nadie me dijo que la grasa era natural porque el cuerpo (el único que de veras es sabio y bueno) la producía porque la necesitaba. Años más tarde un cuñado me convenció de NO enjabonarme, precisamente por ese motivo: el cuerpo produce grasa porque la necesita. El jabón le quita esa grasa y trastorna la piel. Si un pato se enjabonara se convertiría en un pato submarino. Dejé hace más de 30 años de enjabonar mi cuerpo; sólo lo froto. Excepción: los sobacos y los órganos excretores, por producir sustancias ajenas a la grasa. Hace 2 años dejé de enjabonarme la cara por las noches; me quedaba rechinando de limpio. Llegué a la conclusión de que mi cara (que siempre me ha dado lata pues tengo una piel débil y sensible, especialmente en la nariz) también necesitaba grasa. Sólo la froto con agua. Luego lo validé con mi dermatólogo y estuvo de acuerdo. Resultado: no he vuelto a quejarme de la cara. Experimento futuro: Dejaré de usar champú, cosa que sigo haciendo porque me aburre tener el pelo grasoso. A ver qué pasa”.

La Paty: “Aquí en la casa no somos fans del baño diario. Un día sí y un día no, es la norma, y con jabón neutro. El cabello es una o dos veces por semana, con champú neutro que tiene menos químicos. Antes no tenía problema con los champús, pero desde que les cambiaron la fórmula, tuve que buscar hasta que encontré un champú neutro que le sentó bien a mi cabello. Alguien de la industria me dijo que antes cuidaban mucho que el ph de los champús fuera adecuado a la grasa del cabello. Pero después inventaron el ‘enjuague’ y como no se vendía, decidieron alterar el ph de los champús. Así que ahora el cabello queda tieso si no le pones enjuague. A mi cabello el enjuague no le sienta bien. La excepción es en la playa. Ha de tener que ver con el agua de mar”.

Comentario del Leonides respecto de mi cita: No malcrío a mis nietos. Es solo que tratar de regañarlos y corregirlos requeriría más energía de la que me queda. “Yo, ni intento regañar a mis nietos. Sería echarme de enemigos a mi hija y al yerno. Los sistemas cambian, a mí y nueve hermanos, nos arriaron con la cuarta; mi mujer y yo, con sólo amenazas a nuestros hijos; y ahora, cuidado con hacer cualquiera de aquello. Puedes ir hasta la cárcel, amén de crearte la imagen de desalmado y retrógrada”.