Sarcasmos

Guillermo Fárber
07 marzo 2018

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Todos nos morimos de risa hasta que descubrimos que el tartamudo quería jamón.

 

Aranceles

El Privilegio Exorbitante de emitir la moneda fundamental del mundo, tenía que traer consigo una maldición, la desindustrialización. Pero parece que nadie lo entiende. Lo que logra Trump es adelantar el fin del dólar como moneda fundamental del mundo. Lo cual es bueno, porque significa que nos acercamos a la realidad. El problema de EU es que el privilegio de emitir la moneda fundamental del mundo -siendo fíat- es que se paga con la desindustrialización, porque todo mundo tiene que venderle algo a EU para obtener los dólares necesarios para sus reservas, y la única forma de hacerse de dólares es venderle a EU más barato de lo que pueden producir los EU”. Por lo pronto, estas medidas de Trump ya lo confrontaron con medio mundo. Su principal asesor económico, Gary Cohn, jefe del Consejo Económico Nacional, renuncia por discrepar de estos aranceles (tariffs). Como es obvio que esta embestida proteccionista no tiene sentido económico, habrá que optar: o Trump está loco (lo que no creo) o busca otro propósito geopolítico (habría que investigarlo).

 

Gun control 

Fact: en EU más gente es asesinada con bates de béisbol que con rifles de asalto. Seamos congruentes y exijamos prohibir también los bates de béisbol.

Verificación

Y vuelve la burra al trigo. Oooootra vez quieren imponer en Monterrey la llamada Verificación Vehicular, que está científicamente probado que no “verifica” nada ni sirve en absoluto para reducir la contaminación atmosférica producida por esta fuente (ya publiqué aquí mismo hace meses el estudio, con todo detalle, datos, hechos, cifras) y solo es oooootra medida de recaudación (es decir, de extorsión a los ciudadanos por el Gobierno). Al respecto me da mi amigo el regio Gerardo Javier, esta estupenda síntesis de los fardos criminales y extras que esta perversa medida burocrática carga en las espaldas de una sociedad de por sí agobiada por tantos problemas reales: “Desaprobamos la llamada ‘verificación vehicular’ que genera pavorosa corrupción, no resuelve nada, y provoca insoportable carga económica, y pérdida enorme de tiempo a amplios sectores de la población, y el deshonesto beneficio económico de unos cuantos pillos”.

 

Ho’oponopono

(Me imagino que este rollo no resiste el menor examen “científico”, pero a nivel simbólico lo encuentro invaluable.) A este proceso de cura hawaiano algunos lo resumen en esta formulita de cuatro elementos que dices o tan sólo piensas y diriges a quien tú escojas (pariente, amigo, vecino, socio, amigo o “enemigo”): “Lo siento, perdóname, te quiero, gracias”. Somos seres en constante vibración. Las palabras son semillas que nos dan vida o nos destruyen poco a poco. Pronunciar “Lo Siento” devuelve la unidad perdida al viajar por tu piel, que es el órgano más extenso, que te conecta y te hace sensible ante las vivencias de los demás, te desapega de los resultados y te convierte en la Unidad del Ser. El sonido “Perdón”, Perdóname”, hace eco en tu páncreas y en tu colon, desatando lazos, liberando historias. ¡Y si pudieras ver lo que moviliza un “Gracias”! Sonreirías junto a todas las células de tu cuerpo sacudiendo tus venas, convirtiendo tu sangre en luz en ese acto desprendido. “TE AMO” es el sonido más sanador del universo. Esta frase cubre tu cuerpo y viaja a través de tus pulmones desobstruyendo tu respiración, recorriendo tus riñones, transmutando tus miedos, y hace que millones de Células Sonrientes le den vitaminas a las Células Tristes de tu sistema inmunológico, o que algunas otras que nacieron con el arte de la jardinería siembren césped suave, fresco y verde alrededor de las zonas más áridas de tu cuerpo. El tener conciencia total sobre lo que provocan estas palabras en ti y en los demás, te permitirá comenzar a observar tus pensamientos, tus silencios, tus sonidos y tus ruidos, porque en este océano de energía vibracional que somos, cada onda que emites crea olas de diversos colores influyendo a los demás.