Si los perros ladran...

Rodolfo Díaz Fonseca
02 noviembre 2018

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Es común que muchas personas se abstengan de realizar tal o cual cosa por temor de que las critiquen. Empero, es imposible lograr que todos aprueben su manera de ser o de actuar. Jamás se podrá tener contenta a toda la gente. Además, si se buscara solamente la aprobación de los demás, nunca podría decirse que una persona actúa libremente o es auténtica en su ser y proceder.
 
El filósofo de Estagira, dijo: “Solo hay una manera para evitar las críticas: no hacer nada, no decir nada y no ser nadie”. No obstante, sin querer corregir la plana a Aristóteles, habrá que decir que ni aun así se evitarían todos los comentarios.
 
El escritor y caricaturista Theodor Seuss Geisel, conocido como el Dr. Seuss, invitó a actuar de manera auténtica: “Expresa lo que eres y di lo que sientes, porque a quienes les preocupa no cuentan y a quienes cuentan, no les preocupa”.
 
Además, si nos cuidamos de todas las críticas se dificultaría mucho nuestro avance, como afirmó Winston Churchill: “Es probable que no lleguemos a nuestro destino si nos detenemos a arrojar piedras a cada perro que nos ladra”.
 
Y ya que hablamos de ladridos de perros, es conveniente señalar que la expresión tan extensamente citada de: “Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos”, atribuida al inmortal genio de Cervantes, en El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, es totalmente falsa.
 
Existen muchas opiniones para atribuir la paternidad a un autor o a otro, desde quienes dicen que la primera versión es del Siglo 16, hasta quienes dicen que proviene de Goethe o de Rubén Darío.
 
Total, escuche o no escuche ladridos, como expresó Luis de Góngora: “Ándeme yo caliente y ríase la gente”.
 
¿Me maniata la opinión de los demás? ¿Actúo libremente?
 
rfonseca@noroeste.com
@rodolfodiazf