Sinaloa no tiene ciudades inteligentes
Poner a alcaldes en modo Smart City
A Culiacán, Mazatlán y Los Mochis les está marcando retardo el reloj del desarrollo en lo referente a sostenibilidad urbana, presentando a los grandes centros poblacionales y los gobiernos que las lideran con mentalidades viejas que se rigen por modelos pasados de moda, navegando a contracorriente de la modernidad. Mientras en México emergen más ciudades inteligentes, aquí se nota el apego a lo arcaico en cuestiones tan sencillas como la semaforización deficiente y carencia de tecnología que les informe a los ciudadanos cómo están trabajando sus gobiernos.
El modelo Smart City, que utilizan urbes del País con menos oportunidades de crecimiento económico de las que tiene Sinaloa, no ha llegado a la tierra de los 11 ríos a pesar de tratarse de sistemas que proveen a la población de herramientas para tomar decisiones en sus entornos desde los servicios públicos, seguridad, obra pública y ejercicio de presupuestos que permiten la transparencia sólo con presionar una tecla en dispositivos telefónicos móviles. Tal vez ese prejuicio contra la posmodernidad sea el principio de nuestro territorio cerril.
En este contexto de mostrar cómo evoluciona el hábitat en la era digital y hablar también de los problemas de la biósfera y las soluciones factibles, del 10 al 12 de junio se realizará en Puebla la Smart City Expo Latam Congress que organiza la firma Pronus Events, con actividades cumbre como el Encuentro Nacional de Alcaldes Por la Innovación y la Prosperidad Compartida, al cual han confirmado la asistencia 100 presidentes municipales. Asisten representantes de 300 ciudades nacionales e internacionales, 200 instituciones y empresas, 300 ponentes, 10 mil acreditados y 50 medios de comunicación.
La Expo viene a colación ante la pertinencia de que Sinaloa se integre sin mayor dilación al vanguardismo tecnológico que resuelve la interacción permanente entre sociedad y gobierno sin necesidad de barreras burocráticas, secrecías que detonan sospechas y opacidades que rompen lazos de confianza. ¿Por qué no intentar el refresh en estilos políticos que no perciben que la informática transformó en aldea global lo que antes se resolvía en lo recóndito de las cavernas?
Un ejemplo a explorar y tal vez a copiar sea el Gobierno de Irapuato, del estado de Guanajuato, en cuyo Smart City Manager la población accede a datos que muestran el quehacer público con información actual en finanzas públicas, seguridad, obras, atención ciudadana, servicios, agua potable, economía y cultura. En las pantallas de los smartphones de la gente fluye la información alimentada en la aplicación por las distintas dependencias.
Inclusive, Smart City Manager recaba, sistematiza y distribuye a las áreas de competencia los reportes ciudadanos en presencia policial, fallas en servicios y obstrucción de vialidades, entre otras cuestiones. También les determina a los alcaldes y sus colaboradores cómo está el sentimiento social definiendo con la medición de reacciones en redes sociales si los ciudadanos están contentos, disgustados o tristes por el comportamiento de sus autoridades. Para mayor sorpresa, este software de ciudades inteligentes lo desarrolló la empresa Insol Technologies que dirige el mazatleco Martín Heredia, llevando de la mano a varios municipios a incorporarse a la revolución digital con la ciencia de datos e inteligencia artificial.
En la décima edición de la Smart City Expo Latam Congress los alcaldes de Sinaloa podrían redescubrirse como impulsores de la tecnología aplicada al buen gobierno, topándose con el modelo de las ciudades del futuro. O bien percatarse de que van muchos pasos atrás en la misión de fortalecer la credibilidad y confiabilidad en sus administraciones que se aferran a la rusticidad de métodos y medios que aumentan la brecha de separación entre funcionarios eficientes y ciudadanos satisfechos.
Ya es tiempo de que las ciudades digitales signifiquen para los sinaloenses el acceso rápido y amigable a políticas públicas que vayan al encuentro de las necesidades de información para la toma de decisiones correctas. Pero para que eso suceda es importante que los servidores públicos salgan del cascarón cavernario y entren al mundo regido por plataformas tecnológicas de última generación que hacen posible que las sociedades tomen el control de las realidades inmediatas.
¿Le entra Sinaloa o permanece al margen de una tendencia que arrollará a las ciudades dirigidas con visiones antiquísimas?
Nuestros alcaldes indiferentes,
traen atravesado un muro,
Que les impide ver el futuro,
De las ciudades inteligentes.
Las colonias o cotos residenciales de Culiacán, Mazatlán y Los Mochis tendrán que entender las necesidades de familias que no tienen casa propia para habitarla, y dejar de lado la actitud entre egoísta y separatista que surge cada vez que los gobiernos estatal y municipales eligen alguna área urbana para concretar allí el programa Viviendas del Bienestar que impulsa la Presidenta Claudia Sheinbaum. Ahora resulta que todo el territorio urbano está marcado como patrimonios de asentamientos humanos ya establecidos y todos le hacen el fuchi a los que llegarán a ver cumplido el anhelo de contar con un techo que sea el hogar. ¿Qué no somos un pueblo solidario que arropa al prójimo en situación de vulnerabilidad? Que mal nos vemos queriendo ser dueños del suelo más allá de los metros cuadrados que ocupamos.