Tamales...
Especialmente para los que ya andamos por los pisos superiores de la edad, enero se fue volando y hoy, arribamos al día de la tamaliza, al festejo de la Candelaria, de cuyo origen dan cuenta los textos bíblicos, en los cuales, se asienta que con dicha celebración se evoca la presentación del niño Jesús ante el templo de Jerusalén. A la par, también se conmemora la purificación de María por el parto de la criatura divina; ambos hechos, según el mandato de las escrituras debían de hacerse 40 días después del alumbramiento de un varoncito; tiempo justo transcurrido entre la fecha de navidad y el día de hoy. De esto también se deriva la famosa cuarentena que guardaban las señoras de antes.
Para el caso de una niña, se marcaba el doble de días de espera para su presentación. No entiendo el por qué en el caso de las niñas se tenía que duplicar la fecha de presentación, pero de lo que estoy cierto, es que hoy, en reunión con la familia extendida, comeré tamales.
Tal vez el Gobernador Rocha Moya también disfrutará de algún o algunos tamales, probablemente los tradicionales o tal vez tipo gourmet, debido a que ahora es parte de la casta dorada. Espero que los saboree con el mismo gusto que los ciudadanos de a pie; de los que vivimos con el temorcillo de que el día menos pensado, de estar en el lugar y hora equivocados que nos convierta en una víctima colateral más de esta imparable ola de violencia; de no vernos perjudicados con la pérdida de alguno de los nuestros, caído por las balas o en el pozo incierto de la desaparición forzada; de los que habitamos en el Sinaloa de fantasía que sólo existe en la percepción del Ejecutivo estatal y sus achichincles, la cual, choca con la triste realidad de la tranquilidad perdida, motivo más que suficiente para exigir la declinación del Gobernador Rocha, cuya soberbia, sustentada por su partido, le da alientos para menospreciar el dolor de la población, especialmente de los que han perdido a seres queridos; de los que han visto afectado su patrimonio; de los que han bajado las cortinas de sus negocios y de las centenas de cesantes que perdieron sus fuentes de trabajo.
Y ante la displicencia gubernamental que ha mirado de soslayo lo citado, resulta más que justificado que un sector de la sociedad, también despreciado por el Gobernador, haga retumbar el ¡Fuera Rocha!
Pero dejemos el lamentable hilo anterior, para recordar que hoy, Día de la Candelaria, a nivel mundial, también se conmemora la importancia de los humedales, los cuales, son parte del sustento de la existencia humana, así como de la flora y la fauna, han sido repulsados por el Gobierno, por la industria de la construcción y por la propia sociedad, de tal suerte que se les concibe como un estorbo para el crecimiento urbano.
Los humedales son cuerpos de agua o terrenos en los que el vital líquido, bien sea dulce o salobre, forma parte de su conformación natural. Los humedales, son vitales para la concepción y desarrollo de la fauna marina y vegetal, también sirven de comedero de aves y otros animales; juegan un papel trascendental como vasos reguladores de agua que evitan, o por lo menos aminoran, los efectos de las inundaciones provocadas por la lluvia o por las mareas altas, todo lo cual, hemos menospreciado desde nuestra arrogancia que pone sobre todo lo que nos da natura, el pie del arrasador crecimiento urbano.
Y de tal error, los mazatlecos somos testigos y víctimas, al invadir cientos de hectáreas que rodeaban el casco urbano de la cabecera municipal, falta que la naturaleza nos cobra con recurrentes inundaciones.
Tamales, vengan pues, rellenos de empatía para el Gobernador y para todos nosotros, en pro de los humedales. ¡Buenos días!