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Ante el abandono de las autoridades estatales y municipales, los empresarios metidos en las actividades del turismo rural, se encuentran desesperados y al borde de bajar cortinas, por la notable baja de clientela. El esfuerzo que hacen estos emprendedores por continuar sus actividades no ha sido correspondido por las autoridades municipales y estatales, implementando labores de vigilancia permanente en las carreteras estatales.
Al alimón con las corporaciones federales, encabezadas por el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, policías estatales y municipales, están enfocadas en atender los llamados hechos de alto impacto (por lo menos en el conteo de castillos percutidos) y han dejado al garete la seguridad en las calles y en las vías rurales de comunicación.
Y mientras que nuestra tranquilidad se ve sacudida por los azotes de los descarriados del orden y las amenazas del tormentoso Trump, que sacuden nuestra frágil economía, vale recordar otro flagelo de salud que sufre la humanidad, mismo que por determinación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es conmemorado el primer día de diciembre de cada año, con el fin de sensibilizarnos al respecto. Me refiero al SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) el cual, a nivel mundial, durante el año 2023, cobró la vida de alrededor de 630 mil pacientes.
En nuestro País, según la numerología de la Secretaría de Salud del 2023, existían aproximadamente 241 mil casos registrados de individuos infectados por el VIH, entre los cuales se da una tasa de mortalidad cercana al 4 por ciento. Dicha Secretaría, también reporta 17 mil nuevos infectados, durante el año pasado.
Aquí vale la pena acotar que una persona que adquirió el VIH no necesariamente desarrolla el sida. En el primer plano sólo es portador de dicho virus, el cual, puede ser contenido con atención médica oportuna para impedir que escale al sida; para ambos casos, todavía no hay cura total.
A nivel mundial los gobiernos, especialmente, de los países considerados como del primer mundo, dentro del cual no jugamos, realizan enormes esfuerzos por contener el número de nuevas inoculaciones, realizando campañas de prevención, aplicando medicación oportuna y desarrollando investigaciones para encontrar la cura de esta enfermedad, cuyo primer caso fue detectado en los Estados Unidos de Norteamérica en el año de 1981, y tres años después se dio con el VIH como causante del sida.
Normalmente el VIH se pesca a través de relaciones sexuales sin protección en las que las parejas se exponen a fluidos corporales tales como la sangre, el semen, líquidos preseminales, rectales y vaginales. En las prácticas sexuales sin protección, las posibilidades de contagio se potencian si alguna de las partes presenta alguna herida, aún pequeña, bien sea en el pene, en la vagina o en el ano.
También la leche materna puede ser medio de contagio, en el caso de que la madre esté enferma de esta difícil enfermedad.
Otra práctica de riesgo lo representa el uso de agujas médicas para el caso de que sean reutilizadas, significando un mayor peligro las utilizadas para la aplicación de tatuajes o de drogas.
El tratamiento médico del VIH y el sida es muy costoso y los mexicanos afectados que dependen del sistema de salud pública pasan por muchas dificultades para mantener una terapia constante por la carencia de los medicamentos en los centros de atención de salud. A lo anterior se agrega que los infectados muchas veces son víctimas de discriminación, ya que existe el mito de que la enfermedad citada se puede transmitir por contacto físico no sexual, por besos o por el uso de utensilios que maneja el enfermo.
Tanto el VIH como el sida representan todo un reto para el sistema de salud pública mexicano; uno más que clama atención inmediata de parte del Gobierno, la misma que pone a las llamadas obras insignia y los temas políticos, para los cuales no hay medida para la asignación de recursos. ¡Buenos días!