Tatiana, ¿candidata a Gobernadora de Sinaloa?

Ernesto Hernández Norzagaray
22 febrero 2020

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‘Si decidiera y alcanzara la nominación por Morena y sus aliados, el Gobernador Quirino Ordaz no sería obstáculo para que ganara la elección si es que lo puede hacer con lo maltrecho que se encuentra el PRI’

 

Si Tatiana Clouthier se decide a ser aspirante a la candidatura de la coalición que encabeza Morena al gobierno de Sinaloa y deja de lado la opción de su residencia en Nuevo León, movería el tablero sucesorio que hemos estado viendo en las encuestas de intención de voto que no la han considerado como aspirante.

Uno, muy al estilo Clouthier, Tatiana da un paso hacia adelante sin pedir permiso a nadie. Simplemente expone su derecho a votar y ser votada en estos estados del norte del país y esto contrasta con los otros aspirantes que buscan la misma candidatura mediante el aval de López Obrador. Una muestra es la del Alcalde de Mazatlán que hace unos días dijo imprudentemente a la prensa que “si se lo pide el Presidente López Obrador” se postularía para Gobernador del Estado, como si lo estuviera haciendo muy bien y no se le puede desaprovechar.

Dos, Tatiana es un caso rara avis en la política sucesoria de 2021, pocos pueden presumir tener posibilidades de competir en dos estados con una alta expectativa. Nació en Sinaloa donde se inició en la política al lado de su padre Manuel Clouthier del Rincón y cambió de residencia a Monterrey donde llevó su inquietud política a la militancia primero en el PAN y luego en las organizaciones civiles llegando a ser candidata a la alcaldía de San Pedro Garza.

Tres, hay suficientes razones para pensar que Tatiana pueda optar por Sinaloa sobre Nuevo León, además de las de tipo sentimental que pudiera haber luego de que su padre aspiró a ser candidato a gobernador en 1986, están las de tipo político, que se expresan ya en un sistema alianzas que se está tejiendo alrededor de la triada Aguilar Padilla-Vizcarra-Rocha, o sea, hacia una suerte de continuismo en la política estatal, sin considerar, el poder paralelo que su hermano Manuel ha denunciado en forma reiterada.

Cuatro, sería una aspirante mujer, que en el espectro nacional significa que mediante el sistema de cuotas de género podría beneficiarla y además en esa tesitura ser la primera candidata de Morena al menos en Sinaloa.

Cinco, pese a que Tatiana ha vivido por décadas en Monterrey y allá ha construido sus afectos, no es una extraña en su tierra. En el último año ha estado viniendo al estado a diferentes actos políticos y simbólicos desde la apertura de un local que abrió el también Diputado Iván Ayala en Los Mochis, un acto público en Culiacán en memoria de su padre o hasta la presentación de su último libro en Mazatlán, por mencionar algunos.

Seis, además, estando dotada de una gran capacidad de comunicación no le teme a decir verdades incómodas, al contrario, es muy oportuna ante el malestar de quienes se sienten afectados con sus afirmaciones frecuentemente contundentes en distintos temas. Siete, la acompaña la marca Clouthier, uno de los anagramas dinásticos que ha subsistido a lo largo de los años y que en Sinaloa su hermano Manuel lo ha comprobado no siempre para ganar sino para probar el valor de la marca.

Ocho, su familia sigue teniendo un peso importante en el diario Noroeste que, contra viento y marea financiera, subsiste a través del tiempo, con el mismo compromiso social que establecieron sus fundadores en los ya lejanos años setenta.

Nueve, si decidiera y alcanzara la nominación por Morena y sus aliados, el Gobernador Quirino Ordaz no sería obstáculo para que ganara la elección si es que lo puede hacer con lo maltrecho que se encuentra el PRI.

Y, diez, ahí está seguramente la vigencia de la frase que Manuel externó cuando el PAN postuló a su cuñado Heriberto Félix al gobierno del estado: A la familia se le apoya.

Al margen de estos positivos, tiene en contra que no se encuentra, hasta ahora, y quizá ese sería su principal dificultad, entre las familias que han hecho la política tradicional en Sinaloa y ya buscan en 2021 recuperar el poder y continuar con la política que ha marginado a un sector importante de la población.

Además, no ha formado un grupo político que trabaje en su dirección, y esto no habrá de suceder hasta que tome la decisión de competir primero en la elección interna y ganarla en la constitucional.

Asimismo, el solo anuncio de la posibilidad de ser aspirante por Morena al gobierno de Sinaloa provocó confusión en las filas morenistas donde muchos vienen trabajando con los mencionados en las encuestas de intención de voto. No obstante, en un ambiente de división entre los grupos morenistas, la aspiración de Tatiana podría ser un elemento unificador de la mayoría y distendería las tensiones que se viven actualmente en este partido.

En esa lógica, el silencio que han guardado los llamados líderes del morenismo, es ejemplo de la confusión que vino a traer la posibilidad de que ella aspire a la candidatura.

Cierto, no tendría por qué haber definiciones antes del calendario electoral, si se está en el momento de pulsar las reacciones veladas y abiertas de dentro y fuera del partido obradorista.
Más, significativo, son aquellos líderes partidarios que ya tomaron la decisión de ir “con el candidato de Morena”, y que hasta le habían puesto nombre y apellido, para ir a la segura y ahora con esta posibilidad y el tipo de militante que es Tatiana seguramente les resulta incómoda para seguir haciendo lo que ha permitido este y otros gobiernos.

Lo real es que la sola posibilidad de que esto ocurra ya metió un ingrediente dinámico al proceso sucesorio, los encuestadores tendrán que incluirla en las próximas encuestas, y entonces empezaremos a ver las reacciones sociales que provocó el dilema cloutheriano: Sinaloa o Nuevo León.

Manuel Clouthier alguna vez mencionó que este tipo de buscapiés era la “marca de la casa”, y sí lo es porque Tatiana no es una política de escasa visibilidad pública sino lo suyo son los reflectores. Algo habrá aprendido de Noroeste y de su colaboración en otros medios de comunicación del norte del país, inclusive, no se puede regatear el papel que tuvo en la comunicación que llevó a López Obrador a la Presidencia de la República y por alguna razón poderosa no se le había considerado como aspirante al gobierno de Sinaloa.

Al tiempo.