Tres postales mexicanas de la 4T

Jorge G. Castañeda
30 julio 2020

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@JorgeGCastaneda

 

No se entiende la lógica de la comparecencia a puerta cerrada de Emilio Lozoya en su cuarto (o suite) de hospital. La payasada de un resumen por whatsapp para los medios es un muy pobre sucedáneo de una audiencia abierta al público, oral y en tiempo real, sin filtros ni demoras. El Covid-19 no es excusa. Si el juez, los fiscales y los abogados defensores, además de Lozoya, pueden estar en Zoom, también se pueden conectar, sin riesgo de contagiar a nadie, los medios que lo deseen. Serían un participante más, o una multitud, o un pool, como se hace en los demás países democráticos. Diez medios representativos participan, y le comparten a sus colegas.

He aquí la más reciente manifestación de la opacidad y el desorden en el proceso de Lozoya. El rico caudal de filtraciones sobre los documentos y las pruebas que habría entregado a las autoridades mexicanas en España puede provenir de las más diversas fuentes. Sin duda hay sectores en el gobierno que tienen mucho que ganar divulgando sus posiciones, como si fueran ya las de López Obrador. Pero también tendrían poderosas razones los abogados y cabilderos defensores de Lozoya, como Baltazar Garzón, según La Jornada, para empañar o enlodar el proceso vía filtraciones que después se volverían argumentos de vicio del debido proceso.

Afortunadamente, gracias al incomprensible lenguaje de la justicia en México, seguimos, en la tarde del martes, sin saber absolutamente nada de lo que sucedió, o va a suceder con Lozoya. Sus declaraciones, según la versión que divulgó el juzgado, o la FGR, o quien sabe quien, son todas a futuro: mostraré, demostraré, comprobaré, etc. Huelga decir que los supuestos dichos del MP son ininteligibles para cualquier ser mortal común y corriente. Por lo tanto, tendremos que esperar.

No pierdo la esperanza de que la designación de Isabel Arvide como Cónsul de carrera de México en Estambul sea fake news. Sin revestir la más mínima importancia frente a los enormes descalabros del país bajo López Obrador, es algo absolutamente increíble y altamente revelador de la podredumbre de la 4T. Los muy escasos jóvenes que me lean tal vez solo conozcan a Arvide por su comportamiento zalamero y repugnante en las mañaneras. No: empezó a ser una persona deleznable desde mediados de los años setenta. A lo largo del medio siglo que tengo conocimiento de ello, se han producido una importante cantidad de nombramientos deplorables e incomprensibles en consulados y embajadas de México, tanto del Servicio Exterior como políticos. Pero no recuerdo muchos tan vergonzosos como los de esta persona que pertenece a la Rotonda de las Mujeres no ilustres de la República. Desde Echeverría hasta López Obrador.

Tercera postal. El avión y la rifa son una vergüenza. Quienes siempre criticamos, desde el 2012, la compra de Calderón, sabemos que fue el Ejército y Aeroméxico que lo convencieron de irse por el Dreamliner, en lugar de una opción más prudente con Airbus. Pero tirarlo a la basura, y apelar a la ignorancia, al resentimiento, y a la simpleza de buena parte de la sociedad mexicana para sacar raja política de esa estupidez, es infame. Debiera darle vergüenza a López Obrador, cuando sabe que nada de lo que dice es cierto: ni el radio de acción de la aeronave, ni lo que le van a pagar por ella, ni lo que ha costado guardarla en Estados Unidos por casi año y medio.