Un hombre lobo de verdad

Guillermo Fárber
16 marzo 2023

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Dina Sanichar fue criado por lobos en la jungla de Uttar Pradesh en India hasta que los cazadores lo encontraron en 1867 y lo llevaron a un orfanato. Más tarde serviría como inspiración de Rudyard Kipling para el personaje de Mowgli.

La corta y triste vida de Dina Sanichar, el niño salvaje que inspiró ‘El libro de la selva’

Por Sergio Suárez

La historia de Mowgli, contada por Rudyard Kipling en su novela El libro de la selva, trata sobre un niño que fue abandonado por sus padres y posteriormente criado por lobos. Y aunque asimiló los caminos del reino animal, nunca aprendió a interactuar con otro ser humano.

La famosa historia de Kipling, que luego fue adaptada a varias películas familiares por Walt Disney, concluye con un mensaje alentador sobre el autodescubrimiento y la armonía entre la civilización y la selva. Sin embargo, pocas personas saben que se basó en trágicos hechos reales.

Dina Sanichar fue criado por lobos y pasó los primeros años de su vida creyendo que él era uno de ellos. Cuando los cazadores lo encontraron tirado en una cueva, lo llevaron a un orfanato cercano.

En aquel lugar, los misioneros intentaron enseñarle todas las cosas que nunca aprendió, comenzando con lo básico: caminar y hablar. Aún así, el abismo entre el comportamiento humano y el instinto animal resultó demasiado amplio para que Sanichar lo superara.

Transcurría el año 1867. El escenario: distrito de Bulandshahr, India. Según la información de medios locales, una noche un grupo de cazadores se abrió paso a través de la jungla cuando hallaron un claro. Más allá se encontraba la entrada de una cueva que, al parecer, estaba custodiada por un lobo solitario.

Los cazadores se prepararon para emboscar a sus presas desprevenidas, pero se detuvieron en seco una vez que se dieron cuenta de que este animal no era un animal en absoluto. Era un niño, no mayor de 6 años. No se acercó a los hombres ni respondió a sus preguntas.

Para no dejar al niño en las implacables afueras de la jungla, los cazadores lo capturaron y lo trasladaron al Orfanato de la Misión Sikandra en la ciudad de Agra. Como no tenía nombre, los misioneros le dieron uno. Lo llamaron Dina Sanichar, por la palabra que en hindi significa sábado, el día en que llegó.

Durante su estadía en el Orfanato de la Misión Sikandra, Sanichar recibió un segundo nombre: “Niño Lobo”. Los misioneros pensaron que le convenía porque creían que fue criado por animales salvajes y nunca había experimentado el contacto humano en su vida.

Según los testimonios, el comportamiento de Sanichar se parecía más al de un animal que al de un humano. Caminaba en cuatro patas y tenía dificultades para pararse sobre sus propios pies. Solo comía carne cruda y mordía huesos para afilar sus dientes.

“La facilidad con la que se llevan bien en cuatro pies (manos y pies) es sorprendente”, escribió una vez Erhardt Lewis, el superintendente del orfanato, a un colega lejano. “Antes de comer o probar cualquier alimento, lo huelen, y cuando no les gusta el olor, lo tiran”.