Un nuevo mundo

Rodolfo Díaz Fonseca
29 julio 2021

Es ampliamente conocida la frase que toda crisis se convierte en oportunidad para crecer. Sin embargo, aunque la aprendamos de memoria, son pocas las personas que la ponen en práctica.

La pandemia es un momento especial para procesar este conocimiento. Esta enfermedad debe ser un parteaguas en la historia del mundo y de nuestra historia personal. Ninguno podemos salir iguales de como ingresamos en esta fase peculiar. Debemos asimilar las enseñanzas de la pandemia y emprender nuevos derroteros.

Una cosa es segura: si pretendemos seguir iguales después de la pandemia nos toparemos con un inmenso muro que no podemos brincar ni escalar. Nuestra vida personal, los trabajos, las clases, los viajes emprenderán nuevos rumbos de acuerdo a la experiencia vivida. Por ejemplo, el trabajo en casa llegó para quedarse, los estilos de vida se transformaron por completo, el cambio climático es un imperativo categórico que no se puede soslayar.

Pero, sobre todo, debemos convertirnos en mejores personas, como subrayó el periodista, escritor y conferenciante español, Ignacio Novo: “Si después de esta pandemia no somos personas más solidarias, más compasivas, más empáticos, más competentes, más comprometidos, más conscientes, más generosos, más fuertes... habremos desaprovechado una oportunidad única y todo este miedo y todo este dolor y sufrimiento, toda esta angustia y desesperación, habrán sido en vano”.

De igual forma, Vicente Arredondo Ramírez, reconocido catedrático de Ciencias Sociales y Humanidades del Estado de Morelos, precisó: “En esa nueva época, esperaríamos que la prioridad de toda actividad humana sea el bienestar de las personas mismas y el cuidado de la naturaleza, y no la irracional ambición de generar beneficios económicos para unos cuantos, a costa de la sustentabilidad del planeta y de la dignidad de los seres vivos que en él habitamos”.

¿Trabajo activamente en este nuevo mundo?