Un verdadero líder no es un sinónimo de Superman
La historia original de Superman, personaje icónico de la cultura pop global, relata que nació con el nombre de Kal-El en el planeta Krypton. Su padre, el científico Jor-El, lo envió en una nave espacial con destino a la Tierra cuando era un niño, momentos antes de la destrucción de su planeta.
La historia también relata que fue descubierto y adoptado por Jonathan Kent y Martha Kent, una pareja de granjeros de Smallville que lo criaron con el nombre de Clark Kent y le inculcaron un estricto código moral y una visión extraordinaria.
De todos son conocidas sus superhabilidades: volar, atravesar el Sol sin sufrir daño, congelar con el aliento, levantar toneladas de peso, supervelocidad. “Más rápido que una bala, más poderoso que una locomotora, capaz de saltar altos edificios de un solo salto”, define textualmente el cómic original.
Todas estas son cualidades míticas muchas veces las traspasamos fantasiosamente a los líderes empresariales, sin saber que los líderes de carne y hueso de la tierra suelen adquirir sus habilidades y talentos a través de un proceso pacientemente aprendido.
Este proceso es fundamental para entender cómo los líderes dejan su huella en una empresa, hacen la diferencia, marcan la filosofía y el estilo de trabajo de su entorno inmediato, e impactan la vida de las personas.
Para ello existen técnicas y consejos ya comprobados que promueven la dinámica, inspiración y motivación en una combinación que lo pueden convertir en un gran líder.
A lo largo de mi vida profesional he leído una gran cantidad de libros de John C. Maxwell, Ken Blanchard, Jim Rohn, Brian Tracy, Ram Charan, Jim Collins, Peter Drucker y varios artículos sobre liderazgo. Además, convivo y aprendo de líderes que aun cuando no son famosos, han hecho de sus vidas exitosas y de sus empresas generadoras de excelentes resultados. Todos ellos no son Superhombres, ni Supermujeres, sino personas que con humildad han podido desarrollar sus propias estrategias de liderazgo para destacar y llevar a otros a lograr sus propios objetivos.
Las situaciones de crisis empresarial son propicias para que se destaque un líder, con las capacidades, el carácter, y la creatividad para redireccionar los objetivos de la compañía y sacarla a flote nuevamente con las menores consecuencias posibles. Para lograrlo se debe considerar el siguiente decálogo de competencias o acciones estratégicas:
En la vida cotidiana se observan empresas exitosas. Algunos se preguntan: ¿cómo lo hicieron? La respuesta es sencilla, pero para lograrlo se necesita tiempo, una visión compartida, grandes líderes que capaciten a nuevos líderes, metas claras, planes bien desarrollados, y personal idóneo para los puestos idóneos. Cuando dentro de una organización nos encontramos con un gran líder que comparte su visión, sus conocimientos y capacita a sus colaboradores para que lo superen, él crecerá y por consecuencia la organización también e incrementará sus utilidades y beneficiará todos para llegar al éxito y al cumplimiento de sus metas.
Se ha dicho que el liderazgo trata de tomar decisiones importantes, pero poco populares. Es una verdad parcial, pero esto le resta importancia al enfoque. Para ser un gran líder, no puedes enfocar tiempo y esfuerzo en las cosas pequeñas y debes estar menos distraído que tu competencia. Para atender las cosas importantes, estratégicas y críticas, debes desarrollar cierta ignorancia selectiva. De otra forma, lo trivial te ahogará. Tim Ferris
La mayoría de la gente tiene la creencia de que una persona puede hacer cosas extraordinarias, llevar empresas al éxito por si solas. Pero en realidad esto no existe. No existen ni súper hombres ni súper mujeres. Siempre, detrás de cada trabajo, de cada éxito, de cada triunfo, siempre habrá un equipo de trabajo que esté detrás de estos grandes logros. Por fortuna, cada día nos encontramos con un mayor número de líderes que tienen como prioridad capacitar, desarrollar y crear grandes líderes y equipos de trabajo para que sus empresas o negocios crezcan y tengan éxito. Son los que están convencidos que solos prácticamente es imposible lograr grandes resultados.
Los grandes líderes que son exitosos y que representan lo mejor, saben de la importancia de reclutar gente más capaz que ellos, mejorara el desarrollo de la empresa y de ellos mismos.
Los líderes efectivos saben qué camino tomar, qué ventajas y desventajas tienen, con qué herramientas cuentan, qué necesitan, qué desean y, sobre todo, quieren compartir sus conocimientos para que otros los aprovechen. Es decir, ellos son los directores de la orquesta y principalmente conocen las fortalezas y debilidades de los miembros de su conjunto. Saben combinarlos para que la música sea oiga perfecta.
La mayoría de los líderes tienen abundantes seguidores, pero curiosamente muy pocos líderes se rodean de líderes. No es necesario ser muy sabio para entender que las personas más cercanas al líder son las que determinaran su nivel y su éxito como líder y como persona. En las empresas en donde los líderes le dan suma importancia a compartir sus habilidades y sus capacidades, se tiene como resultado que en determinado tiempo su personal sea igual o con mayores capacidades y habilidades que el propio líder, la empresa siempre tendrá un sucesor que garantiza su camino al éxito.
Los grandes líderes saben cómo identificar y contratar a otros líderes. Pero no solo eso, los convierten en mejores líderes. Lo más importante es que reconocen su capacidad y la aprovechan dándoles su propio liderazgo en beneficio propio y del equipo, provocando con esto que las empresas aumenten en nivel de calidad y productividad. Un buen líder sabe lo que cada uno de los miembros de su equipo debe hacer, lo que necesita, lo que puede mejorar. El líder auténtico sabe que la pistola está cargada y conoce cuándo debe disparar.
Para forjar un equipo exitoso debes delegar responsabilidad y autoridad, algo que no siempre es fácil. Esa es la única manera de descubrir las verdaderas capacidades de tus colaboradores y obtener lo mejor de ellos.
Los miembros del equipo muchas veces no conocen cuáles son tus objetivos o expectativas y no las cumplen, en realidad es culpa del líder por no comunicarlas de manera efectiva y cerciorarse de ello. La comunicación es un acto de balance. Puede que tengas un objetivo o necesidad específica, pero es indispensable que siempre tengas en mente que el trabajo debe ser colaborativo. Napoleón Hill lo define así: “El líder exitoso debe entender y aplicar el principio del esfuerzo cooperativo y ser capaz de inducir a sus seguidores a hacer lo mismo. El liderazgo exige poder y el poder exige cooperación”.
Nuestros colaboradores son un reflejo directo de los valores que vivimos como líderes. Si estamos jugando bajo las reglas reactivas y obsoletas de querer tener siempre la razón, limitamos al máximo el potencial de nuestro personal humano y perdemos talento. Si eres sencillo y auténtico en todas tus interacciones, esto impregnará la cultura de tu negocio y lograr una visión común de equipo.
En conclusión, la gran visión del líder se traduce en acciones: acomodar sus piezas en el lugar correcto, porque la persona idónea en el lugar idóneo es igual a satisfacción, éxito y progreso. “Se necesita un liderazgo real para encontrar las fortalezas dentro de cada persona en tu equipo y luego mirar hacia fuera para cubrir lo que falta. Debes creer que tu equipo por sí solo no tiene todas las respuestas, porque si llegas a creer eso, significa que no estás haciendo las preguntas correctas”. Nick Woolery