X México

Federico Reyes Heroles
07 julio 2020

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frheroles@prodigy.net.mx

 

La cuenta regresiva se escucha. La solución está allí: 2021. La pregunta ronda, ¿se dará la gran alianza para controlar a Morena y recuperar el rumbo?

El escenario por desgracia difícilmente podría ser más favorable para los opositores. El desempleo se contará por millones; la caída económica empobrecerá a buena parte de la población; la violencia no cesa; la lista de afectados directos por medidas gubernamentales es muy larga; los agravios se suceden uno al otro; el desprestigio internacional ya llegó a la mofa; las expresiones de enojo crecen, sobre todo entre las clases medias; la parálisis gubernamental frente al colapso económico desnudó impericia; las burocracias están heridas; las mentiras brotan sin cesar, la aprobación del líder y de Morena caen; por si fuera poco, todo indica que, la falta de profesionalismo frente al Covid nos llevará a competir con los peores. El ánimo nacional naufraga.

PAN, PRI, MC y PRD juntos pueden lograrlo, en muchos sitios con holgura. Pueden desplazar a Morena como mayoría en la Cámara de Diputados, ganar buen número de gubernaturas, de congresos locales y alcaldías muy importantes. Eso indican las cifras a un año de distancia y sin iniciar las campañas. Qué se requiere, lo primero es que asuman su responsabilidad histórica. Suena grandilocuente, no es exagerado. En el último siglo nuestro país, con todos los tropiezos y barbaridades, no había vivido un ataque contra nuestra incipiente democracia y vida institucional como el que hoy vivimos. Esa debe ser la convicción. Todo lo demás es secundario.

Un gran pacto por México supondría regresar a los acuerdos en lo fundamental de los que hablaba Mariano Otero. PAN, PRI, MC y PRD están de acuerdo en la prevalencia de las libertades en y el respeto irrestricto a la diversidad de opiniones. Están de acuerdo en que la ciencia y la tecnología -no la superstición y el fanatismo- deben guiar a un gobierno democrático y que se debe invertir en ellas. Están de acuerdo en la necesidad de equilibrios institucionales frente al Ejecutivo federal. Están de acuerdo en la independencia de los poderes judiciales y de la necesidad de fortalecerlos. Están de acuerdo en que nos debe regir un estado de derecho y que para consolidarlo necesitamos arrinconar a la impunidad. Están de acuerdo en que las Fuerzas Armadas deben, en todo caso, ser supletorias en el combate a la inseguridad.

Esos partidos saben que nuestro país necesita una verdadera reforma fiscal que nos permita ampliar el gasto público para mejorar el andamiaje de salud y los sistemas de seguridad. Están de acuerdo en que, con todo y una reforma fiscal de fondo, la inversión pública nunca será suficiente y por ello la necesidad de alentar la inversión privada con reglas claras y visión de largo plazo. Están de acuerdo en que la apertura económica debe continuar. Están de acuerdo en ampliar la matrícula de educación superior e invertir en cultura, fuente de identidad y recursos.

Están de acuerdo en que la violencia en contra de las mujeres debe ser perseguida con toda la fuerza de que seamos capaces y que la igualdad de género es un pendiente nacional. Están de acuerdo en que los derechos humanos deben ser guía del comportamiento estatal y que para ello son imprescindibles las instituciones locales y la nacional de vigilancia y denuncia. Están de acuerdo en que debemos detener la destrucción de nuestro medio ambiente y caminar hacia las energías limpias en las cuales México tiene un enorme potencial. Están de acuerdo en que el combate a la corrupción debe darse institucionalmente y contra quien sea y no como arma para resolver vendettas personales. Están de acuerdo en que la defensa de nuestra soberanía debe ser real, realista y no retórica. Están de acuerdo en la necesidad de convocar a burocracias profesionales -sean de donde sean- para el manejo de los asuntos públicos. Los acuerdos son muchos.
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