Altata resiste la falta de turismo; negocios luchan por sobrevivir

Analiz Hernández
03 agosto 2025

La Bahía de Altata, en Navolato, enfrenta una crisis prolongada por la baja afluencia de visitantes, con más del 70 por ciento de los negocios cerrados y prestadores de servicios aferrándose a la esperanza de recuperación

NAVOLATO._ Sin turismo, pero con las puertas abiertas: así resisten los negocios en el puerto de Altata, en Navolato.

El sector comercial, restaurantero y de servicios turísticos dentro de la Bahía de Altata podría acumular pérdidas que superan los 3.5 millones de pesos.

La baja afluencia de visitantes ha afectado directamente a cientos de negocios, dificultando cualquier posibilidad de recuperación a corto plazo.

Pese a llegar el fin de semana, el malecón de Altata luce prácticamente vacío. Lo que antes era uno de los destinos preferidos para familias y turistas locales, hoy enfrenta una fuerte caída en visitantes, a tal grado que muchos negocios ya ponen en duda abrir durante estos días.

La situación para quienes dependen del turismo en Altata se ha vuelto cada vez más complicada. Aunque todavía llegan algunos visitantes, son contados y la afluencia ha disminuido visiblemente.

Casi el 70 por ciento de los negocios a lo largo del malecón ya han cerrado sus puertas. Y en cuanto a temas de inversión, para muchos se ha convertido prácticamente en una pérdida, ya que varios negocios han quebrado o están cerca de hacerlo. La violencia dentro de Sinaloa es señalada como la causa de esta crisis, que ya va para los 12 meses.

Tal es el caso de Juan Ramón García Salazar, un prestador de servicios turísticos que renta su lancha en la bahía.

Desde muy temprano hasta que se esconde el sol, él se instala frente al mar con la esperanza de recibir aunque sea un grupo de turistas que quiera recorrer la bahía en su bote.

El viaje normalmente es de entre 30 y 40 minutos, se puede disfrutar con música, ambiente familiar y la vista del mar, caben entre 10 y 12 personas por viaje.

García Salazar recordó que antes sus viajes casi siempre se llenaban de familias, amigos y parejas. Ahora solo está en la espera que lleguen turistas, aunque sea, dice, para sacar un viaje, porque eso ya le ayuda un poco. Él siempre está listo para salir y ofrecer sus paseos, confiando en que poco a poco vuelva la gente, y todo sea como antes.

“Muy mal, pues ya ve que vamos a tener un año con este problema, pero dentro de lo que cabe pues estamos bien, estamos esperando a las personas que ya no nos han visitado ya, los estamos esperando, pero pues todo se va a acomodar primeramente Dios... los estamos esperando como siempre con los brazos abiertos y darles como siempre un mejor servicio, como todo el tiempo”.

Mientras los comercios cierran, él y muchos prestadores de servicios y comerciantes resisten. Existe la esperanza de que por lo menos, los fines de semana día sean diferentes.