Anatolio denuncia despojo de sus tierras por parte del Ejército, y por ello pide ayuda a AMLO

José Abraham Sanz
07 agosto 2020

"Por cosas del destino llegó a San Rafael, donde halló unas tierritas y comenzó a cimentar una vida que comparte con cuatro de sus hijos"

Cuando era joven, Anatolio Yáñez Salazar, hoy de 75 años, tuvo qué migrar de Durango por oportunidades.

Por cosas del destino llegó a San Rafael, donde halló unas tierritas y comenzó a cimentar una vida que comparte con cuatro de sus hijos.

Sin embargo, desde hace 20 años, tuvo que comenzar una batalla legal en el Tribunal Agrario, porque poco más de dos hectáreas suyas, junto con otras dos de sus vecinos, fueron despojadas por la Secretaría de la Defensa Nacional, cuando construyeron la base militar El Sauz.

El miércoles por la mañana, Anatolio y uno de sus vecinos, Luis García Ramírez, de 66 años, llegaron a las afueras de El Sauz con pancartas para reclamar la decisión definitiva que tomó el Tribunal Agrario hace un par de meses.

Supieron que el Presidente Andrés Manuel López Obrador dirigiría una reunión del gabinete de Seguridad Pública, y la conferencia de prensa mañanera.

Quirino destaca avances en seguridad ante el Presidente, en base militar El Sauz

“Los soldados nos están invadiendo las tierras aquí en el ejido San Rafael, son tierras que nos están invadiendo y queremos que nos las devuelvan”, denunciaron en grupo, junto al comisario ejidal.

Los afectados señalan que el problema ocurrió cuando se construyó el vaso por el que pasa el canal frente a El Sauz, porque ese ocupa un lugar que pertenecía al Ejército, y el Tribunal Agrario decidió recorrerlo hacia el poblado, cortándole una parte a la propiedad de Anatolio, a Luis y otro vecino, en total 4 hectáreas.

Ese lugar, explican, lo usaban para sembrar pastura para sus animales de corral, y don Anatolio tenía una pequeña huerta con mangos, limones y lichis.

Las plantas ya se secaron, porque los elementos del Ejército cercaron el lugar y lo abandonaron.

“A mí me están agarrando dos hectáreas y fracción, más de dos hectáreas me está agarrando a mí”, reclamó Anatolio.

“Yo siembro milo, yo tenía mis tierras despiedradas, limpiecitas, lo que he podido, si el gobierno quisiera darse cuenta que vaya a mi terreno, tengo trincheras de piedra de 500 metros por despiedrar mi terreno para sembrar.

Recuera que cuando comenzaron a construirse las primeras etapas del Desarollo Tres Ríos, mucha de la piedra de su terreno fue destinada para ello.

“El mismo Ejército fue a sacar la piedra de aquí para llevársela a Tres Ríos, no les vendí una piedra yo, toda se la regalé, de buena fe, ellos la cargaban, yo la junté la tenía amontonada, mandaron gente, en carros, la acarrearon y se la llevaron”, recordó.

“Fue de una parte, porque de otro modo yo tenía que sacarla, en carro o en carreta, pero tenía que sacarla para sembrar”.

Anatolio recordó que justamente frente al vivero del mismo complejo El Sauz, tenía su huerta cuyas plantas ya se secaron.

“Ya se secaron, porque ellos nomás lo cercaron y ahí lo dejaron, era fruta qué comer... a mí no me pueden tirar a la cara que yo sembraba cosa cochinas ahí adentro, yo trabajo limpiamente, toda mi vida para sostener al pueblo también, porque yo crío un becerrito, lo vendo a un abastero, come el pueblo y como yo también”, reclama.

“Si recuperara la tierra podría revivir las plantas, echándoles agua, conseguiría una planta o algo”.

Lamentó que la decisión que tomó el Tribunal Agrario pudo ser más fácil, porque sus compañeros ejidatarios no acudieron al llamado de apoyo.

“No lucharon por nosotros, no se presentaron a las audiencias... no es justo, en lugar de ayudarnos nos atrasaron”, dice. “Yo soy analfabeta, yo sé cómo me llamo, pero si me sueltan en Culiacán me pierdo, yo soy hombre de trabajo, nada más”.

“Yo soy de Durango, me vine buscando la vida, y aqui vine y había tierrita y así la estaba haciendo... ahorita, pues no sé a dónde nos está mandando, porque nos está quitando el gobierno, nos está arrebatando lo que hacemos... Está bien, él lo hace, él puede, nosotros ¿qué vamos a hacer?